El día que Mortadelo y Filemón 'atraparon' a Juan Guerra desde la T.I.A.
Los míticos agentes de información de Ibáñez recrearon el «atasco de influencias» y persiguieron por encargo del «súper» a «Juanito Batalla» en los 90
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Mortadelo y Filemón, los agentes de información más conocidos de España, también se metieron a investigar el caso Juan Guerra y el tráfico de influencias, el delito que fue investigado y tipificado como tal cuando se conoció que «el hermano de mienmano» (como algunos denominaban a Guerra) otorgaba favores desde un despacho de la delegación del Gobierno en la Plaza de España de Sevilla.
Y es que los personajes creados por Francisco Ibáñez, fallecido este sábado a los 87 años, se metieron de lleno en uno de los casos de corrupción más conocidos de España y sobre el que corrieron ríos de tinta. Por eso el humorista decidió hacerlos protagonistas del TBO.
En el año 1991, cuando el juzgado de instrucción número 6 de Sevilla estaba enfrascado en plena investigación sobre las andanzas del hermano de Alfonso Guerra (el vicepresidente del Gobierno socialista que tuvo que dimitir por aquel escándalo), el genial dibujante sacó su propia historieta denominada «El atasco de influencias», uno de sus famosos tomos llenos de divertidas viñetas con el que obviamente parodiaba el tráfico de influencias del que todo el mundo hablaba por aquellas fechas.

En aquel cómic, del que se hicieron eco los medios de comunicación de la época y algunas de cuyas viñetas fueron reproducidas en las páginas de ABC, se contaba la historia de 'Juanito Batalla' , el nombre con el que Ibáñez rebautizó al hermano del entonces todopoderoso vicepresidente del Gobierno con Felipe González.
La trama empezaba tal que así: el «súper» encargaba el asunto a los agentes de la T.I.A. que vivían en un país donde las elecciones generales eran ganadas por «mayoría gorda» (absoluta) por un tipo llamado «Filipo Bodeguiyez» (González) que pertenecía al Partido Socialcurrantista (obviamente el PSOE).
Con esos argumentos, en aquellas historias del TBO de Ibáñez ocurrían cosas como que un albañil casi analfabeto llegara a dirigir una empresa inmobiliaria que construía edificios en mitad de una plaza de toros, o que el «amiguete del hermano del vice» tuviera un chalet en plena pista de aterrizaje de un aeropuerto. O incluso se contaba la historia de que se hacía una piscina de pago en pleno parking municipal.
Una empresa de calzoncillos
Además 'Juanito Batalla' compraba una empresa de calzoncillos de felpa en quiebra que al día siguiente se hacía de oro porque el Gobierno había llegado a un acuerdo con Groenlandia para vender esta prenda a los esquimales.
Tras numerosas aventuras, que incluían pinchazos telefónicos (como ocurrió en verdad en el sumario de corrupción investigado en Sevilla) el agente 'Pardillez' conseguía obtener las pruebas necesarias para detener a lo responsables del 'atasco de influencias'. Una genialidad más del humorista fallecido de la que queda evidencia en los números 169 a 174 de Mortadelo y que sirvió de precedente para que a partir de entonces comenzara a tratar otros temas de actualidad política desde sus viñetas.
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