INVESTIGACIÓN
Mejor dos que uno: el trasplante combinado de riñón y corazón elimina el rechazo en monos
El rechazo continúa siendo una gran amenaza para los trasplantados, y los medicamentos inmunosupresores actuales, además de no eliminarlo por completo, generan numerosos efectos secundarios, especialmente a largo plazo
Los 115 trasplantes de órganos en 2024 suponen un 4,5% más que el año anterior: el 76% son de riñón
El rechazo de órganos sigue siendo una de las principales complicaciones para los pacientes trasplantados, constituyendo una de las principales causas de fracaso del trasplante. Para prevenir este rechazo, los pacientes deben seguir un tratamiento de por vida con medicamentos inmunosupresores, los cuales, aunque efectivos, ... conllevan múltiples efectos secundarios.
Por esta razón, la investigación se ha centrado en desarrollar estrategias que permitan inducir una tolerancia inmunológica, de modo que el sistema inmunológico acepte los órganos y tejidos trasplantados sin la necesidad de recurrir a la inmunosupresión farmacológica.
Ahora, un estudio que se publica en 'Science Translational Medicine' presenta una estrategia innovadora: el trasplante combinado corazón-riñón.
De acuerdo con los investigadores coordinados por Makoto Tonsho, del Hospital General de Massachusetts (EE. UU.), la estrategia ha demostrado, en simios -macacos cangrejeros- que, en el caso del trasplante de corazón, podría evitarse el uso de esos fármacos si se combina con un trasplante de riñón del mismo donante.
Su estudio se basa en trabajos preclínicos previos que muestran que el cotrasplante de corazón junto con el de riñón y médula ósea puede prevenir el rechazo en el trasplante cardiaco.
Los científicos ya habían demostrado que dos procedimientos llamados acondicionamiento no mieloablativo seguido de trasplante de médula ósea de donante podrían establecer tolerancia a los trasplantes de riñón en primates no humanos, extendiendo la vida útil de los órganos. Sin embargo, replicar este éxito con los trasplantes de corazón ha sido un largo camino.
«Uno de los procedimientos más estudiados para conseguir la inmunotolerancia es combinar el trasplante del órgano con otro de médula ósea u otra forma de progenitores hematopoyéticos del mismo donante precedido de un tratamiento de preparación», asegura a ABC Salud Rafael Matesanz, creador y fundador de la Organización Nacional de Trasplantes. Así, comenta, en España algunos centros como el Hospital La Paz o el Hospital Gregorio Marañón de Madrid están investigando esta estrategia, con células del timo o combinada con el trasplante de médula ósea.
Ahora bien, añade, mientras que EE.UU. este tipo de trasplantes combinado corazón-riñón representa el 5 % de todos los trasplantes cardiacos, en España es menor del 1 %, apenas 1 cada año.
Lo que el equipo de Tonsho han investigado es si el trasplante de riñón junto con corazón del mismo donante podría inducir la supervivencia a largo plazo de los corazones trasplantados.
El equipo desarrolló un protocolo en el que realizaron un trasplante de médula ósea de donante una semana antes del cotrasplante de órganos en simios y los compararon con otros simios que recibieron un trasplante de corazón solo o un trasplante de corazón y riñón del mismo donante no compatible.
Los resultados mostraron que los corazones trasplantados sobrevivieron durante mucho más tiempo sin la necesidad de fármacos inmunosupresores en los trasplantados dobles en comparación con los animales que recibieron solo corazones.
Explica Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes, que en el estudio se observa cómo cuando se trasplanta la médula ósea y el riñón del mismo donante, el riñón parece colaborar con el efecto tolerogénico del tejido hematopoyético, lo que permite la aceptación de terceros órganos, como el corazón (que no tiene por sí mismo ese efecto) e incluso sobre cuartos injertos, como el cutáneo, que también evalúan.
Ahora bien, dice a Science Media Centre, «los autores no demuestran cuál es la causa, lo que constituye una limitación del estudio, si bien correlacionan sus hallazgos con la aparición de cierto tejido linfoide en el riñón, en el que destaca la presencia de linfocitos T-reguladores foxP3-positivos».
Tal y como explican el estudio, esta tolerancia estaría vinculada a las estructuras linfoides en los riñones que eran ricas en células T reguladoras, que se sabe que tienen propiedades inmunocalmantes.
Como un paso hacia la traducción clínica, los autores también adaptaron el protocolo simultáneo para acomodar los trasplantes de donantes fallecidos. «Una versión de este protocolo puede ser capaz de inducir tolerancia en pacientes con insuficiencia cardíaca y renal terminal que requieren un trasplante combinado de corazón y riñón», escriben los investigadores.
Limitaciones
Para Beatriz Domínguez-Gil, el trabajo es sólido metodológicamente, «si bien otra de sus limitaciones es que los resultados no son iguales en todos los casos del grupo de estudio, incluso algunos desarrollan rechazo del injerto cardiaco al cabo de un tiempo».
En definitiva, añade, «el estudio representa un avance hacia la consecución de la tolerancia inmunológica en el ámbito del trasplante de órganos, aunque es difícil valorar si estos resultados serían reproducibles en humanos».
Para Matesanz, «el artículo representa una aportación experimental sin duda interesante para entender mejor cómo afrontar la inmunotolerancia en la clínica, pero la aportación es más teórica que práctica».
No obstante, reconoce, que a partir de la información obtenida en este trabajo sobre los mecanismos de inducción de tolerancia inmunológica que eviten el uso de inmunosupresión a largo plazo, como un posible aumento de células T reguladoras en órganos linfoides en el propio riñón, se podría buscar nuevas estrategias que induzcan inmunotolerancia. Pero recalca, «el estudio se ha llevado a cabo en simios, no hay que olvidarlo».
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