Para 6
0.90€/pers.
280kcal/100g
Ingredientes
- 500 g. de harina de fuerza
- 10 g. de sal
- 10 g. de azúcar
- 15 g. de levadura fresca (o 5 g. de levadura seca)
- 350 ml. de agua tibia
- 50 ml. de aceite de oliva virgen extra
- 1 ramita de romero fresco (o seco, al gusto)
- Sal gruesa al gusto
- Aceite de oliva extra para el molde y para la superficie.
Hoy vamos a preparar una focaccia perfecta y no tengas errores comunes al preparar el pan, crujiente por fuera, esponjosa por dentro y con ese toque mediterráneo de romero y sal gruesa que la hace inigualable. Hacer focaccia en casa es como darle un pequeño capricho a nuestro paladar ya nuestro olfato; no hay nada como el olor del pan recién horneado llenando la cocina. Si estás buscando una receta que deje a todos con la boca abierta, ¡esta es la tuya! Y lo mejor de todo: es facilísima de hacer. Así que, ponte el delantal, que vamos a convertir nuestra cocina en una panadería italiana.
La focaccia es un pan plano típico de Italia, especialmente de la región de Liguria, en el norte. Se dice que es el «abuelo» de la pizza, ya que sus ingredientes y métodos de preparación son muy similares, aunque se suele hacer con una masa más gruesa. En italiano, la palabra «focaccia» significa «cocido al fuego» y, de hecho, este pan se preparaba originalmente en hogueras y hornos de leña. Hoy en día, es un básico en la gastronomía italiana y se disfruta con ingredientes como romero, aceitunas, tomate o cebolla, convirtiéndola en una receta tan variada como deliciosa. En el blog tienes varias recetas como la focaccia de aceitunas verde y romero, la focaccia con cebolla y queso o la focaccia della Befana.
Si te ha picado el gusanillo de los panes italianos y quieres probar algo parecido, aquí tienes unas opciones muy interesantes como el pan casero fácil, la receta para novatos, el pan de ajo y queso o la pizza margarita. Ahora sí, ¡vamos al lío con la preparación!
Receta para una focaccia perfecta


Preparación paso a paso
- Primero, en un bol grande, mezclamos la harina con la sal. En otro bol pequeño, disolvemos la levadura fresca en el agua tibia junto con el azúcar, que ayudará a activar la levadura. Si estás usando levadura seca, también puedes agregarla al agua, pero dale unos minutos para que se disuelva bien.
- Hacemos un hueco en el centro de la harina y vamos agregando el agua con la levadura poco a poco. A medida que vamos mezclando, añadimos también el aceite de oliva. La idea es obtener una masa homogénea y pegajosa. Si ves que la masa está muy seca, puedes añadir un poco más de agua, pero sin pasarnos.
- Ahora toca amasar. Nos untamos las manos con un poco de aceite para que la masa no se nos pegue y la trabajamos durante unos 10 minutos, hasta que esté lisa y elástica. Si tienes un robot de cocina, perfecto, pero a mano también se puede. Una vez lista, dejamos la masa en el bol, la cubrimos con un paño húmedo y la dejamos reposar en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, hasta que doble su tamaño.
- Pasado el tiempo de reposo, cogemos la masa y la transferimos a una bandeja o molde para hornear previamente engrasado con un poco de aceite de oliva. Con las manos, extendemos la masa hasta que cubra toda la superficie de la bandeja. Si se encoge un poco, dejamos que repose unos minutos y volvemos a estirarla; la idea es que cubre toda la base.
- Con los dedos, presionamos la superficie de la masa para crear esos típicos agujeritos que caracterizan a la focaccia. En estos huecos, añadimos un poco más de aceite de oliva, sal gruesa al gusto y las ramitas de romero, que le darán ese toque aromático tan especial. Dejamos reposar la masa ya estirada durante unos 15 minutos más mientras precalentamos el horno a 220°C.
- Una vez que el horno esté bien caliente, introducimos la bandeja con nuestra focaccia y la horneamos durante unos 25-30 minutos, o hasta que esté dorada por encima y crujiente en los bordes. Si queremos una textura aún más crujiente, podemos dejarla unos minutos extra, vigilando que no se queme.
- Al sacar la focaccia del horno, deja que repose unos minutos antes de cortarla. Esto permite que los sabores se asienten y que sean más fáciles de manipular. Luego la cortamos en trozos y los servidores calientes o templadas. ¡El aroma será irresistible!

Consejos para una focaccia perfecta
- Para una focaccia aún más aromática, pruebe a agregar aceitunas negras o tomates cherry partidos por la mitad encima de la masa antes de hornearla. También puedes jugar con las hierbas: el romero es un clásico, pero el tomillo o la albahaca le dan un toque diferente.
- Si quieres una masa más esponjosa, añade una cucharada extra de aceite al amasado. Y si buscas una versión más saludable, puedes usar harina integral, aunque tendrás que agregar un poco más de agua porque la integral suele absorber más líquido.
- Esta receta tiene tantas variaciones como ingredientes que puedas imaginar. En Italia, cada región y cada casa tiene su propia versión. En algunas partes, la focaccia lleva cebolla caramelizada por encima, lo que le da un toque dulce y salado.
- En la zona de Génova, una de las más conocidas, suelen servirla con un toque de queso fundido, mientras que en Puglia es muy común encontrarla con tomates y orégano. Si quieres sorprender a los comensales, prueba a hacer mini focaccias individuales para cada uno, ¡quedarán encantados!
Hemos trabajado 3 horas y 40 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
110 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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