First Dates
Su cita le cuenta que busca una relación abierta y su reacción no tiene desperdicio: «Flipo en colores»
Nora y Unai tienen la misma edad, pero eso era todo lo que encostaron en común en su paso por el restaurante del amor
La directa petición de una soltera jubilada en 'First Dates': «Quiero que me de un revolcón»

Con 19 años, Unai y Nora ya tienen bastante claro cómo quieren vivir el amor. Sin embargo, se encuentran en tiempos distintos, por eso la cita que tuvieron en 'First Dates' este viernes 15 de diciembre no funcionó.
Ella es de Santurtzi (Bilbao), estudia Bellas Artes y entiende el amor con libertad. Es bisexual, pero ahora le apetece estar con un chico y mantener una relación abierta. El problema es que su cita lo del poliamor ni lo entiende, ni lo comparte, ni lo practica. «Flipo en colores. Eso no es amor ni es nada. Yo no podría aguantar eso, me da una depresión clarísima», expresó con sorpresa cuando ella se lo comentó.
Que andaban en planos distintos fue evidente desde la primera impresión. Unai, un joven vitoriano que trabaja como peón de almacenes, no tuvo reparos en confesar que Nora no le había entrado por los ojos, alegando que «me gustan chavalillas más pequeñitas, no tan mujeres».
El 'sincericidio' de Unai
La soltera, por su parte, se guardó sus impresiones hasta la mesa. En concreto, hasta que pidieron la cena. «Para la comida soy un tiquismiquis», reveló él, algo que a Nora le chirrió, tal y como explicó en la entrevista. «Que no salga de unos espaguetis para mí es un impedimento, porque me encantaría poder llevármelo a mil sitios a cenar y no podría». Y eso que no lo oyó cuando comentó que considera el vegetarianismo, el régimen alimentario que ella mantiene, «una manera de llamar la atención». «Yo quiero mucho a los animales, pero la comida es lo más importante que hay en el mundo», fue el argumento del joven.

Unai se cubrió de gloria en el rato que duró su visita a 'First Dates', porque no solo ofendió a los vegetarianos. Acto seguido se quedó tan ancho calificando Vitoria, su ciudad, como «lo peor que hay en el País Vasco». Su teoría es que «la eligieron capital para que la conozcan algo. No tiene nada para pasar el rato, el bulevar y dos museos más».
Al final de la cita quedó claro que Nora y Unai tenían la misma edad, pero vivencias muy distintas. Por eso aunque él quiso seguir conociéndola, ella solo aceptó una posible quedada como amigos y nada más.
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