Luis García Berlanga, los contraplanos de un ‘anarquista burgués'
Una puntillosa biografía escrita por Miguel Ángel Villena recorre las vidas del genio, del que se celebra el centenario de su nacimiento
Hay tantas biografías de Luis García Berlanga como vidas disfrutó. Un cineasta insondable, por más libros que traten de aproximarse a él. Quizá porque el propio Berlanga construyó y habitó un mundo de contradicciones, de situaciones en las que lo que parecía vivir escondía ... un reverso bastante diferente. Pero todas sus vivencias sirvieron para dar forma a un creador absoluto de un estilo personalísimo –berlanguiano es ya adjetivo aceptado por la RAE– y del que se dice que si no alcanzó en el extranjero el estatus de Buñuel es porque (además de no pasar por Francia) sus planos secuencias plagados de personajes disparando ráfagas de diálogo eran imposibles de traducir. Todas esas experiencias las recorre Miguel Ángel Villena en ‘Berlanga. Vida y cine de un creador irreverente ’ (Tusquets).
Berlanga provenía de una familia de terratenientes y políticos de postín en la Valencia previa a la Guerra Civil. Una familia que terminó por perder casi todo durante la contienda, cuando el padre acabó en prisión. Luis, el menor de cuatro hermanos, fue, como tantos otros de la ‘Quinta del biberón’, un niño que se hizo hombre en el frente. El frío y el miedo que pasó en Teruel en el lado republicano y en Rusia luchando con el uniforme de la división azul lo marcará para siempre. Con las cicatrices de la guerra aún abiertas, se trasladó a Madrid para convertirse en uno de los grandes cineastas de la historia de España.
“Pasó de ser un jovencito valenciano despreocupado que iba de fiesta a un tío de veinte con dos guerras vividas. Eso cambia. Lo llevó como una marca. Lo hizo ser muy pacifista, muy bonachón”, asegura Miguel Ángel Villena, cuyo trabajo, tan ameno como minucioso, se acerca a la figura del valenciano como si fuera una película: un plano general de la sociedad española del siglo XX, un plano medio de la ‘circunstancia’ orteguiana de Berlanga y un primer plano de las vivencias de su ‘yo’.
Sobrevivir en el cine político
En realidad, todas los intentos por tratar de entender cómo era Berlanga son innecesarios. Él se definió con dos palabras que resumen todo: ‘Soy un anarquista burgués’. “Era un liberal al viejo estilo. Y luego, un libertino”, resalta su biógrafo. De esa manera lograba esquivar la bala del encasillamiento, algo de lo que huyó siempre: “Desde que me hice hacedor de películas –dijo varias veces– todo el mundo busca que me posicione…”. “No le gustaba que lo etiquetaran. La gente más conservadora lo tachaba de pogre y los progres, de conservador”, resume Villena, que recuerda que el actor José Sacristán (con el que rodó ‘Todos a la cárcel’ y ‘La vaquilla’) decía que eso demostraba que siempre supo estar en el punto medio.
Durante la dictadura, Berlanga retrató con sorna y esa mirada siempre compasiva a sus infaustos personajes; y después, con los gobiernos socialistas tras la Transición, capturó el espíritu de la baja política y los arribistas como nadie. “Fue siempre un creador crítico”, apunta Miguel Ángel Villena. “Es el gran instigador contra el poder, sea el que sea, político, religioso, económico. Es un ‘destroyer’ total. Por eso pusimos ‘irreverente’ en el título del libro. Es que Berlanga dinamita las convenciones sociales a derecha o izquierda. La trilogía de ‘Nacional’ es magnífica como radiografía de los personajes finales del franquismo. Los aristócratas, el cura, los criados, banqueros, progres... No deja títere con cabeza. Solo se muestra compasivo con los humildes. En ‘Nacional’ es crítico a derecha y en ‘Todos a la cárcel’, con el PSOE en el gobierno, lo es con la política y lo social, con ese personaje de la ONG de Sacristán”.
Disputa con Pilar Miró
Además de la ruptura con su ‘amigo’ Juan Antonio Bardem (juntos debutaron como directores con ‘Esa pareja feliz’, aunque sus caminos fueron alejándose cada vez más en la forma de entender el cine y la vida), el enfrentamiento público más sonado de Berlanga fue con Pilar Miró, la que fuera directora general de Cinematografía y de RTVE durante los años del ‘felipismo’. Famosa es aquella vez en la que el valenciano se despachó a gusto: “Ella y yo tuvimos una relación más o menos fría, pero no negativa. La ayudé en muchas cosas y ella a mí también, ramos de flores por su parte y lencería erótica por la mía”. “Él nunca llegó a entender por qué ella lo tenía enfilado. Pilar primero lo destituyó de la Filmoteca Española de un modo brusco, y luego se opuso a que le dieran el Príncipe de Asturias, que se lo acabó llevando gracias a José Luis Garci. Pilar Miró era muy ortodoxa, muy estricta, muy diferente a ese ‘burgués anarquista’”.
Quizá esa declaración sobre Pilar Miró, o su poco disimulada misoginia latente en su filmografía, le hubieran valido a Berlanga ser objeto de las furias de la cultura de la cancelación. Pero la defensa de una ‘feminista de primera hora’ como Josefina Molina explica esa visión que Berlanga tenía de las mujeres. Algo que constata el biógrafo: “Coincido con Josefina, él no era ofensivo contra las mujeres: temía su superioridad, que lo manipularan. Josefina me contó que era encantador y educado, y hablé de forma anónima con muchas actrices, productoras, amigas… Todas coinciden en que era un caballero, no tenía que ver con alguien tipo Harvey Weinstein”. Incluso una película polémica como ‘Tamaño natural’, que llevó a feministas a rodear los cines de Francia e Italia, se estrenó en España sin mayor ruido.
Otra prueba más de que lo que rodeaba a Berlanga estaba lleno de contradicciones. Ese crío que pasó de ser reclutado para el frente de Teruel a combatir soviéticos en la División Azul para salvar al padre de la cárcel, el hombre que admiraba tanto a las mujeres que las temía, el veterano ‘bon vivant’ que se divertía como un burgués anarquista…. “Berlanga le echaba mucho morro. Es de los pocos creadores que ha gustado a todo tipo de público porque en sus personajes todo el mundo se reconoce. Todos nos sentimos retratados por Berlanga”, sentencia Villena.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete