Crítica de 'Cazafantasmas: Imperio helado' (**): Siempre queda algún espectro por meter en el saco
No hay exceso de originalidad en el argumento, lo cual, incluso, se agradece, pues se puede uno perder en él sin que ocurra nada
Hace cuarenta años que Ivan Reitman dirigió la primera, que fue un éxito en cierto modo inolvidable probablemente por la canción de Ray Parker Jr. Se han hecho varias continuaciones y secuelas, incluso una de ellas dirigida por el hijo de Ivan Reitman, Jason Reitman, ... quien, por cierto, está en el guion de la que ahora se estrena. Todo muy familiar, pues el director de esta última también fue guionista de la anterior que dirigió Reitman Jr., 'Cazafantasmas: Más allá'.
Se conservan algunas prendas originales, como Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y William Atherton, aunque un poco en papeles de envoltorio, y son los protagonistas el grupo de la anterior, Paul Rudd, Carrie Coon, McKenna Grace, Finn Wolfhard o Logan Kim, la familia de cazafantasmas, los Spengler, que ya se saben su lugar en la historia. También se acude a la célebre canción, aunque está, como los actores veteranos, en un papel de envoltorio.
No hay exceso de originalidad en el argumento, lo cual, incluso, se agradece, pues se puede uno perder en él (cosas de la física cuántica) sin que ocurra nada, y consigue algunos buenos 'gags', aunque todos se deban al personaje que interpreta Kumail Nanjiani, un tipo desastroso pero también depositario de unos recursos atávicos para combatir al villano fantasma. Desde luego es una película familiar y que puede entretener la tarde de un sábado, aunque probablemente es lo mismo que se dijo de aquella primera y, mira tú por donde, el tiempo la ha investido con ese típico tópico de 'película de culto'.
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