Diez clásicos del cine del siglo XXI que se pueden ver en Amazon Prime Video
Hay títulos que no necesitan el paso de las décadas para ser reconocidos como grandes películas

Como decía Robert de Niro en 'Una historia del Bronx', «no hay cosa más triste en la vida que el talento desperdiciado», claro que cuando se estrenó la película no había redes sociales ni plataformas. El tiempo perdido en busca de algo que echarse a los ojos en las inabarcables carteleras a domicilio es casi igual de lamentable. Para facilitar un poco la labor del espectador, rescatamos aquí diez películas, clásicos del siglo XXI, que se pueden ver en Amazon Prime Video . Están colocadas por orden cronológico. No hay ni una mala. Y sobran días para los 30 que dura el periodo de prueba gratuita .
'Lost in translation' (2003), de Sofia Coppola
Sofia Coppola ganó el Oscar por el guion de esta película, que la convirtió en la tercera directora nominada de la historia y en la primera en disposición de lograr el triplete guion-dirección-producción. Más allá de los premios, 'Lost in translation' se convirtió en un clásico instantáneo por su clarividencia a la hora de retratar la soledad, las barreras y los pasos a nivel que dificultan la comunicación y, de paso, las cicatrices que deja a veces lo que pudo haber sido y no fue. Sigue siendo un enigma lo que le dice Bill Murray a Scarlett Johansson al oído. No importa si se lo inventó el actor o si era una frase insípida de guion que Coppola dejó al final sin sonido, para que su resonancia fuera mayor, pero se reveló como uno de los grandes aciertos de esta obra melancólica. 'Lost...' tiene la habilidad de dejarnos buen y mal cuerpo a la vez.
'No es país para viejos' (2007), de Joel y Ethan Coen
Ganó cuatro estatuillas de las gordas: película, director y guión adaptado, además de la que acreditó la impresionante actuación de Javier Bardem . El español es la encarnación del mal absoluto y se sobrepone incluso a su peinado, que por otro lado ayuda a que sea aún más difícil apartar la vista de su careto. Algunos estudiosos aseguran que es el psicópata mejor perfilado de la historia del cine. Los Coen completaron una película seca y dura, a la altura de las mejores añadas de los hermanos y, lo que es aún más difícil, de la novela de Cormac McCarthy . 'No es país para viejos' contiene la esencia de 'Sangre fácil', pero su narración es más vibrante, con una estructura y una tensión que además rema más a favor del espectador, aunque su duración sea más larga.
'Expiación, más allá de la pasión' (2007), de Joe Wright
Otra adaptación literaria, esta vez de una novela de Ian McEwan , que alterando el lamento habitual cuenta lo que fue y no debió haber sido. La culpa es de una precoz aspirante a escritora de 13 años que lanza un dardo injusto, con graves consecuencias. Saoirse Ronan se destapó como la estrella que es hoy frente a actores jóvenes, pero no tanto, de muchos quilates. 'Expiación' solo ganó el Oscar a la mejor banda sonora, pero el vestido verde que lleva Keira Knightley es más recordado que la mayoría de los que aparecen en películas con premio en este apartado.
'Her' (2013), de Spike Jonze
Sabíamos que podíamos odiar a nuestro ordenador e incluso a su sistema operativo, pero enamorarse de él era un giro inesperado, aunque Raj ( Kunal Nayyar ) haga lo propio con Siri en 'Big Bang'. Que la voz de la inteligencia artificial sea la de Scarlett Johansson ayuda a entender muchas cosas. Spike Jonze escribe y dirige esta obra de ciencia ficción inminente, en la que Joaquin Phoenix compone un personaje que cada año que pasa parece menos extravagante y más verosímil. Visualmente, la cinta es también impecable, con unos juegos cromáticos similares a los que recurren ahora tanto las series. Oscar al guion, que construye una historia romántica conmovedora bajo el disfraz de ciencia ficción.
'El lobo de Wall Street' (2013), de Martin Scorsese
Martin Scorsese destaca por muchas cosas, pero no suele hacerlo por el sentido del humor de sus películas, deficiencia que corrige en esta excesiva, para bien, adaptación de las memorias del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort . Al papel se entrega sin reservas Leonardo DiCaprio , al igual que sus compañeros de reparto. Mención especial merece el entonces poco valorado Jonah Hill , quien harto de hacer papeles desechables logró colarse en el proyecto y pasar de chico de los recados a consejero delegado de la interpretación. Como en '¡Jo, que noche!', otra comedia rara y genial de Scorsese, la acción se desmelena de principio a fin, sin que el cineasta pierda las riendas ni un instante.
'Dallas Buyers Club' (2013), de Jean-Marc Vallée
Lo más increíble de esta película y de la anterior es ver a Matthew McConaughey , que aparece en ambas aunque cueste reconocerlo. El cambio físico es espectacular, pero sería uno más si no fuera porque se rodaron el mismo año. Poco después seguiría la racha con 'True detective', por cierto. Jean-Marc Vallée , el de 'Big little lies', dirige esta película sobresaliente que cuenta la vida de Ron Woodroof , un electricista que contrajo el sida en 1986 y removió el cielo con el infierno para conseguir, no solo para él, el único medicamento que entonces plantaba cara a la enfermedad. Cuentan la leyenda e IMDb que el maquillaje de la película , que ganó el Oscar, contaba con el ridículo presupuesto de 250 dólares, a tono con el coste general y los ridículos 25 días de rodaje.
'Relatos salvajes' (2014), de Damián Szifrón
El argentino Damián Szifrón reúne a algunos de los mejores actores nacidos en su país, la mayoría muy conocidos en España, pero no los mezcla demasiado. Prefiere repartirlos en sus seis historias, divertidas y asombrosas, todas ellas tan salvajes como promete el título. El humor oscurísimo de la película no terminó de arrancarle una sonrisa al Oscar, pero se convirtió en un fenómeno. Necesitamos más gente capaz de agarrar la crispación y transformarla en comedia pura, que además logra el milagro de hacernos reflexionar. Otro mérito enorme de la película es que es uno de esos títulos escogidos que ponen de acuerdo a todo el mundo. Es difícil encontrar a alguien a quien no le guste 'Juegos salvajes'.
'La juventud' (2015), de Paolo Sorrentino
No deja de asombrar la libertad con la que Paolo Sorrentino construye su filmografía. Un lujoso hotel de los Alpes es el escenario en el que se reúnen varios personajes improbables, incluido Diego Armando Maradona , tan importante en la vida del director italiano. Este nos muestra a una clase alta decadente que se aferra a la vida y a sus efímeros placeres, y a la 'gran belleza', por su puesto. El habitual universo del cineasta y su forma irreal de mostrarlo puede llegar a irritar. De algún modo, sin embargo, se las arregla para sembrar sus ideas y que germinen en la cabeza del espectador. Si pasados unos minutos el lector no soporta este título , puede abandonarlo de inmediato. Quizá sea lo más adecuado, pero si opta por resistir, es posible que se sorprenda después al comprobar lo que cala esta lluvia de cine finísimo. Y si vuelve a ver la cinta, igual ya queda atrapado para siempre.
'Train to Busan' (2016), de Yeon Sang-ho
Estrenada un lustro antes que el calamar, 'Train to Busan' es una muestra más del poderío audiovisual de Corea del Sur. Esta película de zombis que supera casi todo lo que hemos visto del subgénero es mucho más violenta e impactante. Sang-ho Yeon despliega un catálogo de recursos impresionante. No da tiempo a pensar ni casi a respirar mientras un virus letal se expande. La cámara viaja entre Seúl y Busán con los pasajeros de un tren que luchan de forma desesperada por su supervivencia. En el reparto destaca Gong Yoo , ¡nacido en Busán!, a quien muchos habrán descubierto como el arrogante reclutador de participantes en 'El juego del calamar'. Solo una advertencia, el espectador llegará agotado al final de la película.
'1917' (2019), de Sam Mendes
Esta película bélica es otro alarde técnico, tan abrumador que a veces impide ver el bosquecillo de la historia, en apariencia tan poco frondosa. Dos soldados británicos reciben una misión imposible en la Primera Guerra Mundial. La cámara los sigue por territorio enemigo sin despegarse ni un instante, sin un solo corte, tan de cerca que nos permite escuchar su respiración, compartir su miedo y entender un poco el horror que supone estar metido en una trinchera. Sam Mendes , grandísimo director de actores, demuestra aquí que también domina el juguete del cine. 'Solo' se llevó tres Oscar de diez, los que tienen que ver con el envoltorio, pero '1917' demuestra además una habilidad impresionante para que el espectador, sentado en su sofá, tenga la necesidad de limpiarse el barro de las botas en cuanto salgan los títulos de crédito finales. Si no las ha perdido en alguna refriega.
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