Anouk Aimée recibe en la Berlinale el tributo a una vida dedicada al cine
BERLÍN. Anouk Aimée es AA, como Bardot es BB y, Cardinale, CC, y así forma parte del abc de la mitología europea moderna, según reconoció ayer el 53 Festival de Cine de Berlín, con el Oso de Oro de homenaje a una vida cinematográfica. Con una vitalidad que desmiente varios de sus 70 años, la actriz francesa dijo que fue la «Dolce Vita» y no «Un hombre y una mujer» la que la hizo famosa, primero en EEUU y luego en Europa y señaló que no había querido «ser una actriz francesa sino europea», aunque fue reconocida antes en EEUU, con un Golden Globe y una nominación a los Oscar. Recordó que tomó el nombre de Anouk de su primer papel, con 13 años, y que fue el poeta Jacques Prévert el que le puso el apellido de Aimée. Habló de su gran familia del cine, que ha incluido a Fellini y a Lelouch, «uno era como la via paterna y el otro la materna» así como a Trintignant y Robert Altman. «No lamento nada, pero admito que he hecho tonterías», entre ellas rechazar un par de papeles «pero no digo cuáles porque las actrices que los hicieron estuvieron demasiado bien» como para comparar. Ni siquiera lamenta la segunda entrega de «Un hombre y una mujer, 20 años después», aunque «no salió lo que queríamos». Lo que si echa de menos es a Mastroiani. Aseguró también que películas como «Lola» denuncian que «es falso que sea cine malo el que no hace dinero». Por lo demás, dio su opinión sobre las guerras: En contra.
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