ETA no ha perdido

Si un partido no condena el terrorismo de ETA y ello no le penaliza, sino que le hace rozar la victoria. Si homenajear a los terroristas como héroes les hace más populares entre jóvenes y mayores. Si se construye un presente y un futuro sobre las cenizas de los muertos de ETA y la independencia es el ayer, el hoy y el mañana donde se miran abuelos, padres e hijos, ETA no ha perdido.

Si el mal se confunde con el bien y se impone el olvido sobre la memoria, la dignidad y la justicia. Si el mañana consiste en pasar página sin leer el libro del dolor causado por ETA y el valor demostrado por sus víctimas. Si esta victoria del nacionalismo es festejada por los presos y el entorno de ETA que ven ya las puertas abiertas de una inmerecida libertad, ETA no ha perdido.

Si cientos y cientos de familias que perdieron a sus seres queridos, en atentados terroristas, les lloran hoy más que ayer. Si quienes aún conservan algo de decencia se preguntan cómo hemos llegado hasta aquí, con un terrorista sacando pecho, orgulloso y feliz y las víctimas del terrorismo humilladas y olvidadas. Si quienes deberían haber defendido el constitucionalismo no solo no lo han hecho sino que llevan años blanqueando a los herederos de ETA sin pudor por mantenerse en un poder que abrasa la conciencia de quien lo ostenta. Si quienes pretenden engañarnos acercándose a las víctimas mientras negocian con los herederos de nuestros verdugos sacando rédito político de tanta indecencia. Si ya ni sabemos quiénes son los ganadores porque casi todos son lo mismo, ETA no ha perdido.

Si al final siento, Alberto mío, que a pesar de ir a colegios y universidades de España, incluida alguna ciudad del País Vasco, noto que hay que explicar bien que tú, que Ascen y que tantos asesinados erais los inocentes. Si al salir de un «cole» de Vitoria habían escrito mientras yo hablaba «Gora ETA». Si un chico dijo en una entrevista que él iba a votar al partido de la ETA. Si a pesar de años de lucha en Europa y en España, dando voz a las víctimas, para que la verdad se conociera. Si a pesar de todo, los legatarios de ETA, los que callan, los que blanquean, los que les hacen pasillos a los etarras, los que simplemente prefieren a ellos, a los terroristas, antes que a sus víctimas. Si después de tanto esfuerzo ganan y ganan y vuelven a ganar los de siempre con distintas caretas, ETA no ha perdido.

Si la foto fija del resultado electoral en el País Vasco es esta, permítanme que me haga una pregunta. ¿Quién ha ganado? La respuesta me cuesta escribirla. Vamos a dejarlo en que ETA no ha perdido, las que han perdido han sido sus víctimas; los miles de asesinados y heridos, secuestrados, extorsionados, exiliados y los cientos de miles de personas de todos los rincones de España que jamás pondrían en duda que ETA fue una organización terrorista y que combatimos entre todos con sangre, sudor y lágrimas y que hoy por hoy sentimos un profundo dolor al ver que tanto sacrificio ha sido en vano.

No hemos llegado hasta aquí para ver a terroristas puño en alto celebrar el camino a la independencia, mientras nos hacen creer que todo es normal, que es el triunfo de la democracia. Explíquenmelo porque no lo entiendo.

¿Qué democracia puede triunfar negando los crímenes que una organización terrorista como ETA llevo a cabo durante más de 50 años? ¿Qué democracia puede llamarse tal cuando cada año son cientos los homenajes a terroristas que se llevan a cabo, confundiendo a la juventud que no vivió el terrorismo de ETA?

Sigan contando votos y descorchando champán, que yo sigo acordándome del champán que pidió el terrorista De Juana Chaos desde la cárcel para celebrar el doble asesinato de mi hermano y su mujer. La historia se repite, ahora no nos matan, pero siguen matando la dignidad de quienes jamás nos rendiremos ni ante ETA ni ante sus herederos, ni ante quienes nos quieren hacer olvidar lo inolvidable por su indigno interés.

SOBRE EL AUTOR

Teresa Jiménez-Becerril

Adjunta al defensor del pueblo