Sevilla Al Día
El gueto Solidaridad
Mientras se destinan ingentes recursos para sacar de ese agujero a uno de los barrios más pobres de España, a Vox se le ocurre crear otras Tres Mil Viviendas
Los concejales de Vox andaban sonrientes hace una semana porque le habían colado un gol al gobierno municipal, quien para sacar adelante la nueva ordenanza de veladores aceptó guardar en el cajón la construcción de dos nuevos albergues (me niego a llamarle centros de resiliencias) ... en el Cerro del Águila y San Jerónimo, con el que se pretendía dar cumplimiento a una promesa electoral de aliviar la situación que viven los vecinos de la Macarena, donde se concentran dos centros para personas sin hogar.
Que Sanz y los suyos iban a tener respuesta vecinal para levantar estos proyectos era evidente. Aquí hay mucha hipocresía, porque nadie quiere un albergue para indigentes al lado de su casa. Pese a esto el gobierno popular, a base de dar explicaciones poco convincentes sobre los centros de resiliencias, tenía claro que había que seguir adelante con esta iniciativa, para lo que contaba con fondos europeos, que ahora están en riesgo. Más allá del juego de palabras entre ambas formaciones sobre la situación de esos dos centros, enterrados para unos, en la nevera para otros, la realidad es que de momento la Macarena y sus vecinos tendrán que seguir soportando este problema social.
Si hasta aquí la historia es decepcionante por la gestión del gobierno municipal, el siguiente capítulo es preocupante. Los de Abascal proponen como alternativa crear a las afuera de la ciudad un nuevo barrio en el que instalar esos centros sociales para personas sin hogar e indigentes. Barrio de la solidaridad podría ser el nombre. Como no me gusta llamar a los albergues centros de resiliencias, esto que plantea Vox no es un barrio, es un gueto donde quieren aislar a los descartados de la sociedad. Lo próximo qué será, ¿diseñar la ruta turística Sevilla Contrastes?.
Ayer el alcalde manifestó que ése «no era su modelo». Y de ahí no debe moverse un milímetro, no debe transigir. La idea de Vox recuerda a la operación urbanística que en la década de los años sesenta del siglo pasado dio nacimiento a las Tres Mil Viviendas. Allí fueron a parar vecinos del Centro y de Triana que convivían en casas muy humildes en suelos muy valiosos, pero también a personas que malvivían en asentamientos chabolistas por distintos puntos de la ciudad. Todos fueron a formar parte de un barrio aislado geográficamente por las murallas invisibles de las vías del tren. A esa separación física, se sumó pronto la social. El analfabetismo, el paro, las drogas y la violencia se adueñaron del barrio con el paso del tiempo.
Mientras hoy los gobiernos central, autonómico y municipal destinan ingente recursos económicos para sacar de ese agujero a uno de los barrios más pobres de España, a Vox no se le ocurre otra cosa que crear unas nuevas Tres Mil Viviendas. Ver para creer.
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