postales
Así hablan los secesionistas
Terminarán apoyándole, manteniéndole en el cargo por ser más cobardes que Sánchez
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La alocución del presidente catalán ante el Senado me reafirma en lo que vengo diciendo: hay que dejar hablar a los nacionalistas para enterarnos de lo que están negociando y el Gobierno oculta. Aragonès, en cambio, fue claro: «La amnistía como punto de partida ... para el referéndum». El resto de las reivindicaciones, transferencia de las Cercanías, España nos roba, la condena por el golpe de Estado fue injusta y demás... va incluido en el paquete. Pero ni Sánchez ni su gobierno las quisieron oír, al conocerlas de sobra. Aparte de no ir dirigidas a ellos sino a sus seguidores en Cataluña y despistados en el resto de España, que son muchos. Aragonès, sin embargo, fue nítido, al grano, y encima se permitió el desprecio a la Cámara Alta al marcharse sin oír la respuesta de las Comunidades regidas por el PP, que contestaron con igual franqueza: no van a permitir que haya privilegios para ninguna, ni españoles de primera y segunda clase, que es a lo que, más que a normalizar la situación en Cataluña, como sostiene Sánchez y su coro, conduce su despiece. Quien no lo ve está ciego o finge estarlo. Es más, se ha convertido en el eje de la política territorial de un gobierno que pierde credibilidad cada día. Las diferencia con Podemos sobre Gaza son lo bastante profundas para crear una crisis interna. Conviene, pues, dejar hablar a quienes vienen apoyándole pero empiezan a temer que no cumpla las promesas que les hizo y pueden darle el susto de su vida cuando se vote su reelección.
Soy, sin embargo, de los que piensa que, al final, terminarán apoyándole, manteniéndole en el cargo por ser más cobardes que él y temer perder el puesto si hay nuevas elecciones. Sumar el primero. Mas Madrid, el segundo. Podemos, que llegó a tener más de setenta escaños, se ha quedado en la décima parte, y gracias. El resto reza para seguir como están. Dentro del PSOE estoy seguro de que más de uno preferiría quedarse en casa, pero comprendo que, siendo auténticos socialistas, no quieran contribuir al triunfo de la derecha. Y no descarto que, si en el mes que queda hasta la votación, por la cabeza de ese aventurero de la política que es Sánchez se cruce la idea de una gran coalición a la alemana o repartirse la próxima legislatura con el PP, dos años cada uno. Pero sabe que el PP no aceptaría, al ser su suicidio: ha corrido demasiada sangre política para un chanchullo de tal calibre que dañaría a ambos por igual. O yo también puedo equivocarme. De lo que estoy seguro es de que tal legislatura será un calvario para quien esté en la Moncloa. Y esta postal se quedaría coja si no recogiese las dos frases más importantes pronunciadas en la entrega de los premios Princesa de Asturias: la del Rey «los problemas de España siempre se han resuelto desde la unidad, no desde la división». Y la de la Princesa: «Soy consciente de la responsabilidad que voy a asumir». Ya que toda política interior es hoy internacional, mañana se lo explicaré en esa sección. Si soy capaz.
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