proverbios morales
Jacobinismos
Existe el riesgo de que el Gobierno de Sánchez aplique el 155 a las autonomías díscolas del PP y Vox
Alopecias (26/1/2024)
Chambelanes (19/1/24)
Todo eso del federalismo del PSOE es pura farfolla. Si hay un partido jacobino en España, ese es y ha sido el PSOE. Los comunistas, mucho más explícitos, aplicaban sin hipocresía –y sin titubeos– aquello del centralismo democrático. Si había que laminar a cualquier ... sección regional (o nacional, en los tiempos de la Komintern) lo hacían con la misma compasión que el género humano siente por las hormigas. Al PSOE eso del federalismo le ha servido históricamente para evitar en lo posible que sus bases autóctonas catalanas, vascas o galaicas se le escaparan hacia los nacionalismos correspondientes. Siempre ha sido más leninista que pimargalliano, y por eso los indepes, que lo saben, no se fían un pelo.
Durante la II República, el PSOE compartió su visión del 'problema territorial' de España con la Izquierda Republicana de Azaña. Con el cinismo que les caracteriza, los historiadores orgánicos del socialismo han echado encima de sus principales aliados la responsabilidad exclusiva del jacobinismo prágmático de los gobiernos del Frente Popular, incluso del de Negrín que rompió con el PNV y Esquerra mientras Azaña iba haciendo las maletas para salir de naja. Y es que el país ideal del PSOE era una España centralista gobernada por ellos, si acaso con una autonomía de chichinabo para Cataluña. En cuanto al País Vasco, jamás se les pasó por las mientes contribuir a montar lo que Prieto llamaba un «Gibraltar vaticanista» y, si en esto también revisaron su actitud en el otoño de 1936, fue porque la guerra empezaba a irles francamente mal (y nunca mejor dicho) desde que los sublevados consiguieron unificar su mando (sumando con eficacia y no como Sumar). Pero inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, Indalecio Prieto ofreció a Don Juan apoyar una restauración de la Monarquía, siempre que fuera con gobierno socialista y sin frivolidades federalistas.
¿Hay que recordar que la proliferación de autonomías en la Transición fue iniciativa de UCD y no del PSOE? A este le bastaban (y sobraban) las de Cataluña y Euskadi. Del resto, sólo le podrían convenir aquellas en las que gobernara, y ni siquiera esas, que siempre podrían perderse y convertirse en un engorro. El ideal territorial socialista, insisto, seguía y sigue siendo el modelo de la II República. Por eso, la decisión de coordinar políticas de Educación entre los gobiernos autónomos del PP o la alianza de algunos de ellos con García-Page para luchar por la financiación equitativa se arriesgan a que Sánchez aplique a sus respectivas comunidades el 155, cosa que podría hacer conservando el vasto funcionariado autonómico como mera administración descentralizada y cercenando al mismo tiempo todo rastro de autogobierno. En el fondo, leninismo clásico: el proletariado necesita el Estado más extenso y centralizado posible.
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