Editorial
Sánchez no deja de pagar facturas a Puigdemont
Como primera medida se dispone a incluirlo en las pruebas de acceso a la red de Escuelas Europeas, junto al castellano y al resto de las lenguas oficiales en la Unión
El Gobierno se afana en cumplir la exigencia de los separatistas para que se reconozca el catalán como lengua oficial en el UE. Y como primera medida se dispone a incluirlo en las pruebas de acceso a la red de Escuelas Europeas, junto al castellano y al resto de las lenguas oficiales en la Unión. De nuevo asistimos a un trato singular, a partir de la discriminación de las otras dos lenguas cooficiales de España, como lo son el euskera y el gallego. Las reticencias de buena parte del resto de socios de la UE han ido frenando el ímpetu de la apuesta de Sánchez y Albares una vez que el asunto del reconocimiento formó parte de las exigencias de Junts para apoyar la investidura del líder socialista. Ahora tratan de colarlo por la puerta de atrás. La razón de esta apuesta por el catalán no es, por tanto, por convicción, sino que forma parte de una transacción política, como lo fueron el trato fiscal singular, la amnistía a los golpistas del 'procés' o la asunción del control de puertos y aeropuertos.
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