Cabalgando contradicciones

Hemos elegido el deshonor y, por supuesto, no tendremos paz en Ceuta y Melilla

Juan Manuel de Prada

Hay que reconocer que, para ser (‘risum teneatis’) un Gobierno ‘socialcomunista’, el doctor Sánchez y sus mariachis lo disimulan maravillosamente bien. Promueven una falsa reforma laboral que garantiza el despido libre, permiten una subida desbocada de la luz y los carburantes que hacen de oro ... a las compañías energéticas, se comprometen a aumentar el gasto militar y, por si quedase alguna duda de su cipayismo genuflexo, reconocen la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental. La anexión ilegítima que Marruecos hizo del Sahara en 1975, aprovechando la agonía de Franco y la venalidad de quienes por aquellos días ejercían interinamente el poder en España, fue por supuesto una operación diseñada por Estados Unidos, que de este modo se aseguraba el dominio geoestratégico de la región y controlaba los ingentes recursos naturales -en especial petróleo y fosfatos- que posee el territorio. Tras la ignominiosa ‘marcha verde’ que mostró al mundo que España era una colonia dispuesta a sacrificar a sus súbditos, se firmaría un tratado por el que Marruecos se comprometía a celebrar cuanto antes un referéndum en el que los saharauis podrían elegir su destino político. Lejos de cumplir ese compromiso, Marruecos empezó a torturar, secuestrar y asesinar sin descanso en los territorios ocupados ilegítimamente; y así lleva haciéndolo durante décadas. Todavía hace apenas una semana, el Ejército marroquí bombardeaba la ciudad de Agüenit, dejando por completo arrasada una escuela.

Durante todo este tiempo, la defensa del pueblo saharaui había sido una de las causas (retóricas) de la izquierda española, que de este modo podía chinchar a la derecha, presentándola ante el mundo como heredera de la cobarde y venal clase política dirigente durante la agonía de Franco (y después). Pero ni siquiera la derecha se había atrevido a hacer suyas las tesis indefendibles de Mohamed VI. Sorprende que el doctor Sánchez y sus mariachis, tan sensibles al sufrimiento de lejanos pueblos, no vacilen en traicionar a quienes no hace tanto tuvieron nacionalidad española, dejándolos a merced de un tirano sanguinario. La miseria moral de estos cipayos se torna todavía más grave si consideramos que, según todos los indicios, esta cesión indigna se ha consumado en el curso de una negociación que incluye Ceuta y Melilla. Por supuesto, la prensa marroquí ha celebrado con burlas la credulidad española. Mohamed VI nos ha dado a elegir entre el deshonor de abandonar a los saharauis y la paz en Ceuta y Melilla; hemos elegido el deshonor y, por supuesto, no tendremos paz en Ceuta y Melilla. Pero nada debe extrañarnos: a fin de cuentas, en este Gobierno ‘socialcomunista’ conviven el partido del Régimen, refundado en Suresnes por la CIA y siempre al servicio del ‘amigo americano’, y una panda de pícaros amorrados al grifo de la Open Society, expertos en hacer postureo izquierdista y pegaditos como lapas a la poltrona, que a mearse sobre la sangre de los saharauis lo llaman ‘cabalgar contradicciones’.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios