Hipatia de Alejandría, filósofa, astrónoma y mártir de la ciencia

Hipatia nació en Alejandría a mediados del siglo IV, hija del matemático Teón de Alejandría, quien se encargó personalmente de la educación de su hija, tanto física como mental, enseñándole los rudimentos de la geometría astronomía y de la matemática, que le sirvieron de iniciación a la filosofía. Tras concluir sus estudios en el Museo, Hipatia emprendió una serie de viajes, Italia y Grecia fundamentalmente, para completar su educación. En Atenas estudió en la escuela de Temistio en la que también enseñaban Plutarco y Asclepigenia. A su regreso a Alejandría su fama era ya notable y ocupó la cátedra de Filosofía de Plotino.

Su fama hizo que llegaran a escucharla estudiantes de Europa, Asia y África teniendo sus enseñanzas una relación muy estrecha con el platonismo y el neopitagorismo. Entre sus discípulos, sin duda el más importante fue Sinesio de Cirene. Sin quererlo ella se vio envuelta en las luchas que convulsionaron Cirene en los primeros años del siglo V, sobre todo la que tuvo lugar entre el patriarca Cirilo, cristiano radical, y el prefecto Orestes, defensor de la comunidad judía y del imperio greco-romano.

En un tumulto acaecido en el año 415 Hipatia, que había optado por Orestes, fue asesinada corriendo el rumor de que el instigador del asesinato había sido Cirilo. De las obras de Hipatia poco sabemos, sólo que escribió un comentario al Canón Astronómico de Ptolomeo, y otro a las «Secciones cónicas» de Apolonio de Pérgamo, ambos perdidos, excepto una tabla astronómica que figura entre las realizadas por su padre Teón.