Trump pasa al insulto con Kamala: «Eres una vicepresidenta de mierda»

Harris pidió a sus seguidores, como tantas otras veces, que «pasen página» con Trump. El multimillonario pasó de los habituales ataques personales contra su rival -«marxista», «comunista», «poco inteligente», «de bajo coeficiente intelectual»- al insulto. En un momento de su mitin, animó a sus seguidores que le digan a Harris que es una «vicepresidenta de mierda».

No es que el insulto de Trump sea una novedad. En el pasado, ha dicho de Harris que es «tonta como una piedra». Pero el apelativo utilizado este sábado va más allá. «Le tenéis que decir a Kamala Harris que ya habéis tenido suficiente, que no la podéis aguantar más», exigió a la muchedumbre. «No te soportamos. Eres una vicepresidenta de mierda».

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Después utilizó la célebre frase «You are fired» («estás despedida») de su programa de telerrealidad 'The Apprentice' y cerró con un «lárgate de aquí».

Durante meses, los estrategas de Trump y muchos de sus aliados republicanos han defendido de forma pública -algunos- y privada -muchos- que el expresidente debe centrarse en los mensajes políticos, en resaltar la bonanza económica de su presidencia y los problemas de la que Harris compartió con Joe Biden, como la inmigración masiva.

Pero el multimillonario neoyorquino se deleita con estas salidas de tono, que podría tener un impacto negativo en los votantes moderados e independientes que necesita para ganar en lugares como Pensilvania.

El sábado, a poco más de dos semanas para la elección, no fue un día en el que Trump eligiera estar comedido. De hecho, arrancó su mitin con una anécdota irreverente sobre el golfista Arnold Palmer, que da nombre al aeropuerto regional en el que celebró su mitin.

Trump es un devoto del golf y tenía admiración por Palmer, uno de los mejores de la historia de este deporte, fallecido en 2016. Le recordó con una larga divagación, a la que dedicó doce minutos, y que incluyó una alusión al tamaño del pene del golfista. «Este era un tipo que era muy hombre», dijo sobre Palmer. «Era un hombre fuerte y duro. Y no me gusta decirlo, pero cuando entraba en la ducha con otros profesionales, estos salían y decían 'oh, Dios mío, eso es increíble'», dijo. «Lo tenía que decir, lo tenía que decir, tenemos mujeres muy sofisticadas aquí», se excusó entre risas.