El primer ministro francés aprobará los presupuestos por 'decretazo', pese a la amenaza de una moción de censura

Desde el mes de julio del 2022, Francia ha sufrido ocho mociones de censura, dinamitando la estabilidad de sucesivos gobiernos, sin presupuestos del Estado, desde la convocatoria de elecciones anticipadas el mes de junio / julio del año pasado.

Tras la censura de Michel Barnier, jefe de gobierno sin poder gobernar, durante cien días cortos, entre septiembre y diciembre pasados, Emmanuel Macron nombró a Bayrou primer ministro el 13 de diciembre, comenzando a negociar unos presupuestos del Estado y la seguridad social, que el lunes y el miércoles llegan a la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento.

La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda) ha presentado una moción de censura, que será votada martes o miércoles. PCF y Verdes apoyan la censura. El PS está dividido entre partidarios y divididos de censurar al gobierno. Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, dice «dudar» entre precipitar el derrocamiento del gobierno o aplazar esa decisión unas semanas. Los partidos que apoyan a Bayrou y Macron, a regañadientes, no tienen mayoría para poder impedir la censura.

Ante ese arco iris de crisis y divisiones, sin precedentes, Bayrou recurrirá este lunes al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar una Ley sin voto parlamentario, si no se presenta una moción de censura. Se trata de un decretazo práctico y peligroso.

Práctico, el 49.3 puede permitir aprobar los presupuestos del Estado. Peligroso: esos presupuestos están muy alejados de los recortes y saneamientos de las cuentas públicas imprescindibles, ya que sitúan a Francia en la posición del «hombre enfermo» de Europa.

Desde mediados del siglo XIX, suele calificarse de «hombre enfermo de Europa» al Estado que atraviesa una crisis nacional «inquietante» para todo el continente. Desde el año pasado, numerosos analistas estiman que Francia se está comportando económicamente peor que Grecia, Portugal y España. Se trata de una novedad catastrófica para la historia política y económica francesa.

Las elecciones anticipadas del año pasado, convocadas por Emmanuel Macron, confirmaron de manera espectacular que las dos grandes fuerzas políticas francesas, hoy, son la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon y la extrema derecha de Marine Le Pen. Ellos han derrocado a sucesivos gobiernos desde hace un año largo.

Recurriendo al decretazo del artículo 49.3 de la Constitución, Bayrou espera evitar la censura y posible caída de su gobierno. Los socialistas «dudan», pero no son decisivos. Marine Le Pen desea prolongar la incertidumbre, para subrayar que la estabilidad de Francia está en sus manos, cuando ella misma corre el riesgo de ser condenada, el mes de marzo, a una pena de cárcel e inhabilitación política, culpable, a juicio de la fiscalía del Tribunal de París, de los presuntos delitos de extorsión de fondos públicos europeos «en banda criminal organizada».