Una nueva protesta de jubilados desafía al Gobierno de Milei

En un inicio, la movilización se inició todos los miércoles como un reclamo de los jubilados al Gobierno por el ajuste implementado desde el Ejecutivo y por sus condiciones de vida, pero con el avance de las semanas la protesta comenzó a hacerse masiva. A la última convocatoria –que acabó en catástrofe dado el nivel de violencia que se pudo percibir en las calles- se habían sumado los clubes de fútbol, y este miércoles se hicieron presentes en la protesta también los sindicatos, las organizaciones sociales y los docentes. La cita estaba anunciada para las 17 horas locales.

Para hacer frente a la nueva manifestación, el Gobierno de Milei desplegó en esta ocasión un total de 2.000 miembros de las fuerzas de seguridad. La vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel –abiertamente enfrentada con el jefe de Estado-, salió a felicitar a los policías durante la tarde del miércoles e incluso se tomó fotografías con algunos de ellos.

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Esta vez, a los reclamos propios de los jubilados, se añadieron también las pancartas pidiendo justicia por lo ocurrido con Pablo Grillo, el fotógrafo que recibió un impacto de gas lacrimógeno por parte de las fuerzas de seguridad la semana pasada y actualmente se encuentra en estado de gravedad en un hospital.

En la mañana del miércoles todos los accesos al Congreso amanecieron vallados para impedir el acceso de los manifestantes. Mientras tanto, dentro del recinto la Cámara de Diputados debatía el decreto presidencial para cerrar el acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –que finalmente fue aprobado-.

Desde muy temprano en la mañana, el Gobierno de Milei no ocultó su preocupación y se encargó de advertir que no iba a titubear a la hora de reprimir a los manifestantes. Incluso varias de las estaciones de trenes de Buenos Aires difundieron este mensaje a lo largo de toda la jornada. «La protesta es violencia. La policía va a reprimir todo atentado contra la República», se leía desde la mañana en sus pantallas. Cabe recordar que la semana pasada, tras los violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en Buenos Aires, el Gobierno argentino había denunciado un «intento de golpe de Estado».

En la tarde del miércoles, en la antesala de la nueva protesta, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lanzó una curiosa iniciativa a través de sus redes sociales: ofreció una recompensa de 10.000.000 pesos – unos 8.571 euros- a todos aquellos que «sin haber intervenido en los hechos delictivos, brinden datos útiles, precisos y concretos que permitan identificar y lograr la captura de los autores y responsables de haber promovido disturbios y delitos en la zona del Congreso Nacional el 12 de marzo de 2025».

Finalmente, la jornada acabó sin sobresaltos pese a que la protesta de los miércoles contra las políticas del Gobierno excede a los jubilados y va llegando cada vez a más sectores, que incorporan, a su vez, nuevos reclamos.