Alemania firma con Marruecos un acuerdo para agilizar las deportaciones
El objetivo del Gobierno de Scholz es facilitar la migración regular a cambio de que el país africano coopere más intensamente en la repatriación
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La ministra de Interior alemana, Nancy Faeser, ha firmado en Rabat una declaración conjunta con su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit, una declaración de intenciones en la que Marruecos se compromete a aumentar el número de aceptaciones de deportaciones de solicitantes de asilo desde Alemania. ... En su visita de dos días a Marruecos, Faeser va acompañada por el liberal Joachim Stamp, representante especial designado por el Gobierno alemán para los acuerdos migratorios, que previamente ha mantenido conversaciones confidenciales con varios países.
Desde la perspectiva del Gobierno alemán, el objetivo de estos acuerdos es facilitar la emisión de visas de trabajo y otras formas de migración regular a cambio de que los países de origen cooperen más intensamente en la repatriación de los solicitantes de asilo a los que los tribunales alemanes hayan denegado ese estatus. Alemania, según fuentes diplomáticas alemanas, se ofrece a mejorar el ritmo de la emisión o el reconocimiento de documentos.
En los últimos años, el gobierno marroquí ha mostrado escaso interés en recibir de vuelta a compatriotas que abandonan el país y son rechazados en Alemania. Según el Ministerio de Berlín, en Alemania viven 3.660 marroquíes que deben abandonar el país lo más rápidamente posible y a los que el Estado alemán sigue manteniendo. Dado que 2.762 de ellos son tolerados temporalmente por diversos motivos, lo más urgente es la deportación de 898 ciudadanos marroquíes a los que Marruecos se niega a recibir. Rabat no permite las deportaciones colectivas mediante vuelos chárter, por ejemplo, por lo que sólo son posibles los regresos individuales en vuelos regulares, un procedimiento mucho más complicado para la policía alemana, que acompaña las deportaciones en casos en los que, a menudo, los afectados se defienden físicamente para evitar subir al avión. Esto lleva a cancelar muchas de las devoluciones.
Con acceso para los trabajadores marroquíes, cooperación en materia de protección de fronteras y ayuda en la lucha contra el terrorismo, Alemania ofrece medidas que interesan al gobierno de Rabat. El Gobierno alemán está negociando un acuerdo similar con Túnez, por ahora estacado. A partir de las negociaciones previas llevadas a cabo por Stamp, Faeser espera cerrar acuerdos de este tipo también con Moldavia, Uzbekistán, Kirguistán, Kenia y Colombia. La mayoría de los retornos a estos países fracasan porque los refugiados no tienen pasaportes y los estados se niegan a expedir documentos de sustitución.
El canciller Olaf Scholz también se encuentra en África y está hablando con Nigeria de una colaboración más estrecha para abordar la migración. En un foro empresarial celebrado en Lagos, anunció ayer la ampliación de los centros de migración creados en Nigeria para apoyar a los retornados desde Alemania. Scholz, que en el mismo viaje está firmando importantes contratos energéticos, ha prometido por parte de Alemania asesorar a los trabajadores cualificados. De los casi 14.000 solicitantes de asilo nigerianos sin estatus de asilo y esperando la deportación, unos 12.500 son tolerados porque alegan que no tienen documento de identidad con el que viajar.
Todos estos acuerdos son fundamentales para que funcione el proyecto de ley aprobado la semana pasada por el gobierno alemán, un paquete de medidas para agilizar las «deportaciones a gran escala», en palabras de Scholz, que amplía la duración máxima del internamiento previo a la salida de diez a 28 días y permite a la policía allanar viviendas de terceros en la búsqueda de los que deben ser deportados.
El vicepresidente del grupo parlamentario del Partido Socialdemócrata (SPD), Dirk Wiese, habla de una «señal importante» al referirse al acuerdo con Marruecos. «En este país vive mucha gente que viene de Marruecos. En los últimos años hemos observado una mayor susceptibilidad a la delincuencia en algunas personas y se necesita una respuesta clara a esto», ha dicho. Pero los presidentes de los Bundesländer son pesimistas y calculan que el nuevo proyecto de ley no servirá para deportar más que a unas 600 personas, cifra claramente insuficiente.
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