Los talibanes, a un paso de su victoria: ¿qué les distingue de Daesh y Al Qaida?
El movimiento afgano solo aspira a gobernar en su país y no predica el 'califato mundial', pero justifica por igual el terrorismo yihadista

El anuncio de la retirada militar norteamericana de Afganistán para el 11 de septiembre de este año -que hará hoy oficial el presidente Biden- despierta muchos interrogantes. Y uno de los más obvios es el impacto que tendrá el eventual regreso al ... poder en Kabul del movimiento Talibán (literalmente, 'estudiantes de teología islámica'), que todos los analistas prevén para poco después de la salida de las tropas de EE.UU. y de la OTAN, único obstáculo para el éxito militar de los islamistas.
Tanto los talibanes como los otros dos grandes movimientos armados islámicos, Daesh (siglas en árabe del Estado Islámico) y Al Qaida (la base), son suníes. Los tres comparten una interpretación radical del Corán y de la Sharía -la ley islámica-, pero difieren en cuestiones de estrategia y de objetivo político final. Esas diferencias no han sido hasta la fecha graves: Al Qaida actúa en Pakistán en paralelo con el movimiento talibán, presente al otro lado de la frontera afgana, y solo ha tenido choques armados aislados en Siria, donde en su día rivalizó con Daesh por el control de territorio.
En términos generales, los movimientos más peligrosos por su vocación global son Daesh y Al Qaida . Ambos grupos aspiran a conquistar por las armas para sus proyectos de 'califato' tanto los territorios de mayoría musulmana (Dar al Islam) como los de mayoría 'infiel (Dar al Harb). En cambio, los talibanes, tanto afganos como paquistaníes, solo pretenden establecer en Afganistán y en los territorios pashtunes de Pakistán un régimen islámico , en el que puedan vivir y aplicar sus normas y costumbres ancestrales (lapidar adúlteras en plaza pública o amputar la mano a ladrones, entre otras), tal como ocurrió durante cinco años tras la derrota de los soviéticos.
Daesh y Al Qaida aspiran en cambio al 'califato mundial', pero tienen diferencias en materia de táctica y de estrategia a medio plazo. Desde los atentados del 11-S, el movimiento Al Qaida ha privilegiado el impulso de franquicias mundiales , en África y en Asia, para extender su mensaje y desestabilizar regímenes. La Primavera Árabe le dio la oportunidad de intentar también el asalto al poder en varios regímenes árabes, que considera infieles e ilegítimos por su colaboración con Occidente. En cambio, Daesh se concentró en la conquista militar de territorio en Irak y en Siria, donde autoproclamó un califato efímero . Los fracasos de Daesh y Al Qaida en sus proyectos de Oriente Próximo no deben llevar a subestimar su permanente influencia en el yihadismo mundial.
Tanto Daesh como Al Qaida y los talibanes utilizan con profusión los atentados terroristas suicidas, que justifican con su interpretación radical y militarista de la yihad, la 'guerra santa'. En términos ideológicos, los tres movimientos armados son salafistas: proponen un retorno a la sociedad medieval de la era del profeta Mahoma.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete