Ayman Nour: «El 'rais' es un cadáver que mantiene el puño tieso»
Rival de Mubarak en 2005, Nour es junto con El Baradei una de las alternativas liberales para el cambio

Ayman Nour es el único político que ha desafiado a Hosni Mubarak en las urnas hasta el final. Fue en 2005. Los resultados amañados le adjudicaron el 7 por ciento de los votos, le convirtieron en el opositor maldito y el régimen le metió en la cárcel más de tres años. Con la condena perdió su derecho a volver a ser candidato. Con la Intifada por la libertad en marcha, se prepara para aspirar otra vez a la Presidencia.
—No le hemos visto con el Gobierno; otros partidos sí han estado; también los intelectuales y hasta los jóvenes, aunque ahora se arrepienten. A usted ni le invitaron, ¿le están desplazando?
—Yo no voy a reunirme con nadie teniendo una foto de Mubarak en la misma habitación. Dicho esto, el régimen ha simulado ese diálogo no por iniciativa suya, sino obligado por Occidente, y aún así intentan aparentar que la verdadera alternativa liberal, civil, como Mohammed El Baradei o yo mismo, no existe. Para ellos lo mejor es que siga cundiendo la idea de que hay que optar por la gorra de Mubarak o por el turbante de los Hermanos Musulmanes.
—Usted siempre ha sostenido que es la única opción frente a ambos, ¿son las futuras elecciones libres su gran oportunidad?
—Sí. Desde que salí de la cárcel he estado censurado en los medios, acorralado, pero obtuve un millón de votos en 2005. Mi partido Ghad («Mañana») está integrado con otros 36 en la «Asamblea Nacional por el cambio», y en febrero de 2010 constituimos un Parlamento popular, paralelo al nacional. Nos hacen falta un mínimo de seis meses, sin Mubarak vigilándonos, para romper el desprecio y el miedo que este régimen ha arrojado contra todo lo que represento: la democracia, el liberalismo y los derechos humanos. Entonces estaremos en condiciones de competir incluso con los Hermanos Musulmanes.
—Sinceramente, ¿cree que Mubarak va a claudicar o están empezando a resignarse a que seguirá en el cargo hasta septiembre?
—Hosni Mubarak está viviendo sus últimos momentos.
—Sí, pero las protestas se desinflan y él pasea su poder por las televisiones como si tal cosa, ¿qué se está haciendo mal?
—No es verdad que haya menos gente ni fuerza en las calles. Es la teoría del tubo de pasta de dientes: lo que sale no vuelve a entrar, los que hemos salido a decir basta no vamos a retirarnos hasta que Mubarak se marche. Y él... pues lleva muerto desde el 25 de enero, pero con el puño tieso, como dice la policía científica, agarrándose para que la situación no cambie.
—¿Es esta la revolución con la que había soñado?
—De ninguna manera, ha costado ya 300 muertos, un precio muy alto. Yo hubiera deseado el derribo de Mubarak en las urnas, pero él cerró todos los caminos.
—¿Más cerca de los guerreros on-line o de los intelectuales?, porque usted es uno del grupo de los «Hombres Sabios» que se ha organizado contra el poder
—¡Por supuesto soy un «twitteador»!, en mi Facebook colgué el día 23 un video de seis minutos pidiendo al pueblo que se sublevara ya y al Ejército que permaneciera neutro. Lo bloquearon cuando teníamos 100.000 entradas.
—Todo está pasando muy deprisa... ¿qué Egipto hay al final de esto?
—Egipto es como una embarazada de 8 meses, 29 días y 23 horas, a falta de pocos minutos para que alumbre una criatura que no sabemos si será blanca o negra, si saldrá viva o muerta, bonita o fea, porque el ambiente para su nacimiento no es natural.
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