Macron quiere más implicación militar de Europa en la guerra del Sahel
El presidente francés vuelve a situar la zona africana en el centro del debate en vísperas de la Cumbre de la OTAN

Emmanuel Macron ha vuelto a situar al Sahel encima del tablero de defensa ante una Cumbre de la OTAN, este próximo lunes en Bruselas.
Como ya hiciera en 2019, antes de la Cumbre de Londres, cuando esgrimió previamente que «la OTAN se encontraba en ... muerte cerebral», ahora ha decidido poner el foco en el escenario donde Francia está volcando su esfuerzo militar con 5.100 efectivos en la denominada Operación Barkhane . «Comenzaremos una transformación profunda de nuestra presencia militar en el Sahel», indicó Macron.
La retirada anunciada el jueves de esta misión en Malí, tras las desaveniencias con el líder del país tras el último golpe de Estado, esconde un doble propósito para el Elíseo: «Acelerar la implicación de los países europeos en la zona , con la otra misión de operaciones especiales llamada Takuba; y, sobre todo, presionar a los países sahelianos para que también se involucren más en la situación de seguridad en la zona», según informan fuentes diplomáticas francesas a ABC.
Tras ocho años y medio de intervención el agotamiento francés es claro en un conflicto en el que se involucró para acudir a la llamada de auxilio de Bamako tras un avance que parecía imparable de grupos yihadistas liderados por Anser Dine, Al Murabitún y Al Qaida en el Magreb Islámico, unidos ahora bajo una misma bandera.
«Pero también hay que tener en cuenta otro factor: la agenda política francesa, con elecciones presidenciales en abril de 2022 ». Y, claro está, Macron se quiere presentar ante esa cita clave con un mayor compromiso europeo en el conflicto del Sahel y, por qué no de la OTAN, últimamente enfocada a la amenaza en el flanco Este.
El anuncio no debe preocupar a los aliados europeos que se encuentran en la otra gran misión en Malí, la europea de adiestramiento EUTMMalí , que lidera en estos momentos el general español Fernando Gracia y con España como principal participante con 530 efectivos de un total de 1.077 de 25 naciones europeas.
Así lo constata otra fuente militar: «La presencia militar francesa no se va a acabar mañana. Lo más probable es que el nombre de la operación cambie. Pero si hay una reducción de tropas, no será tampoco en exceso. Además, se pretende una aceleración hacia la próxima fase de la europeización de la operación, con mayor responsabilidad de tropas locales y tropas francesas actuando en misiones QRF (‘Quick Reaction Force’ o fuerzas de reacción rápida).
El anuncio del presidente francés de dar carpetazo a la Operación Barkhane –que despliega en la mitad norte del país, al norte de Tombuctú, en operaciones de combate– no ha afectado lo más mínimo a la europea EUTM , con cuartel general en Bamako y campo de adiestramiento en Koulikoro (en la mitad sur).
Es más, España sigue con total normalidad con sus planes de desplegar a finales de junio tres helicópteros NH-90 y 62 militares adicionales en la que será la primera misión de un país europeo con helicópteros militares en esa misión de adiestramiento. Su objetivo es realizar transporte militar y trasladar militares encargados de entrenar a fuerzas malienses en otras bases más avanzadas.
Para España el Sahel también es la prioridad geoestratégica y en la Cumbre de la OTAn este lunes así lo esgrimirá. Es lo que se considera «una visión de 360 grados para la OTAN», con una mirada más profunda a los riesgos de seguridad y defensa del sur, tanto en su vertiente saheliana como en los tráficos ilegales migratorios en el Mediterráneo.
No obstante, España siempre ha sido reacia a tener un papel en operaciones de combate en el Sahel. Su negativa a participar en la Task Force Takuba de operaciones especiales, donde se encuentran ya estonios o suecos, es un ejemplo. España quiere más EUTM Malí pero Francia quiere más Takuba, habida cuenta que el adiestramiento de las tropas malienses parece no ser efectivo para estabilizar el país.
Evidentemente la sombra de la guerra de Afganistán pende sobre el escenario del Sahel. Salvando las distancias, si en el país centroasiático fue EE.UU. quien lideró la misión y urdió una coalición de la OTAN que fue mutando con el tiempo, ahora es Francia en esta zona africana la que quiere tejer una alianza (europea o de la OTAN) que se demuestre más resolutiva y que reparta esfuerzos humanos y operativos entre más países.
«El objetivo permanece. Se trata de continuar la lucha contra el terrorismo, es un gran desafío. Por supuesto, es un problema importante para las poblaciones de los países del Sahel y es un problema importante para la seguridad de los europeos. Lo que cambia es el enfoque. Y siempre hemos dicho durante mucho tiempo que Barkhane no era eterna», explicó el viernes la ministra francesa de Defensa, Florence Parly . Ahora Francia debe explicarlo y convencer a sus aliados.
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