Egipto, islamismo rima con capitalismo
Los Hermanos Musulmanes intentan convencer a los empresarios de que ellos también quieren más inversión extranjera y turistas

Elegante y pulcro, con el bigote afeitado y la barba bien recortada, Hisam Murid tiene claro que los tiempos en los que “sólo 30 ó 40 grandes empresarios” se beneficiaban de las políticas del Estado se han acabado. “Si queremos salir adelante, no podemos copiar el mismo modelo corrupto”, señala este directivo de una compañía que fabrica plásticos, mientras escucha al candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi , explicar a un centenar de empresarios de todo el espectro económico egipcio, cristianos y musulmanes, grandes conglomerados y pymes, cómo su programa, “Nahda” (renacimiento), beneficiará a la economía del país.
“Tenemos la mente abierta y queremos mercados abiertos”, explica, en los pasillos del hotel de lujo en el que la Hermandad ha congregado al empresariado, Mohamed Zidan, uno de los secretarios del Partido Libertad y Justicia , la marca electoral de la cofradía. “Queremos más inversiones extranjeras, más turismo y, sobre todo, dejar claro a los empresarios que nuestro proyecto busca la estabilidad y que, por lo tanto, las inversiones estarán seguras”, añade Zidan. El islamismo, entendido por la cofradía, no está reñido con el capitalismo.
Detener la fuga
El futuro presidente tendrá ante sí una tarea titánica para sacar adelante la maltrecha economía egipcia, que sufrió durante los meses posteriores a la revolución una fuga de inversiones. Pero los programas de los tres candidatos favoritos hacen prever que difícilmente se va a producir un cambio radical en la dirección que la economía del país ya tomó durante los últimos 15 años de gobierno de Hosni Mubarak , orientada a los mercados y con el énfasis puesto en el sector privado.
Los cambios, advierten desde la Asociación Egipcia para el Desarrollo de los Negocios , impulsada por la Hermandad, no están tanto en los objetivos, sino en cómo y quién los lleva a cabo.
Con más de 80 millones de habitantes, Egipto tiene un potencial económico enorme y muchos empresarios exigen que el nuevo presidente abandone el viejo modelo de beneficiar a sus afines. “Algunos se enriquecieron gracias al antiguo régimen y ahora vemos estas mismas caras en los carteles electorales”, asegura el industrial Arafat Rashid.
Corrupción
El empresario no quiere citar nombres, pero Ahmed Shafiq , el que fuera último primer ministro con Mubarak y al que se le acumulan las acusaciones de corrupción desde el Parlamento egipcio, cumple con el perfil.
La mayor fortuna del país, la de la familia copta Sawiris , ha apoyado públicamente al laico Amro Musa , el ex-secretario general de la Liga Árabe. Naguib Sawiris, dueño del conglomerado Orascom y al que se le asoció en el pasado con Gamal Mubarak -el neoliberal hijo del expresidente, hoy en prisión-, lo anunció en su cuenta de Twitter, aunque es difícil conocer si su motivación es más política o económica.
Sin embargo, una nueva generación de grandes empresarios islamistas como Hassan Malek, Abdelrrahman Seoudi o el propio Jairat el Shater , la primera opción de la cofradía musulmana para la presidencia egipcia hasta que fuera descalificado, miran con esperanza al futuro. Consiguieron prosperar bajo el yugo de Mubarak, aunque muchos tuvieron que pagar su precio con la cárcel. Y se encontraron con un techo de cristal que ahora esperan poder romper.
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