Ikiru: «Un paseo por toda Asia»

En cuanto uno se sienta y da un primer vistazo a la carta, en seguida se da cuenta de lo heterodoxo de la oferta, mezclando platos e influencias de toda Asia, no limitándose a ningún país o región en concreto. Lo primero que me sorprendió fueron unas almendras que traen de aperitivo con wasabi, ese picor con el dulzor de la almendra es fantástico.

Pedimos en primer lugar sus alitas de pollo koreanas, napadas con una salsa agridulce que les da un interesante toque. Quizás el mejor plato de la comida resultó ser los mini-bocatas chinos, un pan bao semidulce frito con cerdo asado, cebolla encurtida y spicy mayo, espectaculares.

Entramos en sus nigiris, quizás la parte más floja de lo que probé, sobre todo el primero de atún donde el mismo se notaba que llevaba cierto tiempo en cámara y cuyas esquinas se habían oxidado más de la cuenta. La mejor pieza su tokyo roll, con atún, queso crema y salsa de anguila, la cual baña de untuosidad a la pieza.

Se terminan con dos platos principales, un curry verde thai, con leche de coco, langostinos, mejillones y calabacín, nada picante, aunque en la carta así lo indiquen es muy suave, casi una crema más que un curry. Y finalizamos con su udon yakinku, con atún, verduras, cacahuete y yakiniku, un clásico.

Es interesante esta propuesta que fusiona diversas culturas en un mismo espacio, también es cierto que a mayor dificultad de algunos platos más errores se pueden apreciar. Normal, porque es realmente difícil abarcarlo todo. De todas formas, me ha parecido una buena opción, además de divertida y con unos precios bastante asequibles.