Omar Montes: «Todos sabemos que en Qatar los derechos humanos están fatal, así que cuanto menos se hable de ello mejor»
El artista madrileño rompe moldes con su nuevo disco 'Quejíos de un maleante', que ve la luz a pocos días de su actuación en un evento del Mundial de Fútbol

Ojo, mucho ojo al disco que Omar Montes lanza este viernes. 'Quejíos de un maleante', un atrevido ejercicio de fusión flamenco-urbana con bastante más de flamenco que de urbano, va a dejar de piedra a muchos seguidores y seguramente se ganará a más de un crítico que hasta ahora lo veía como un intruso en el mundo de la música. Las polémicas, eso sí, le siguen acompañando allá donde pisa...
Su apuesta por la raíz, más que por la modernidad, es sorprendente.
He intentado tirar por la rama más purista. Es un disco para el respeto, que pretende crear un movimiento que se estudie dentro de muchos años, y que se llama 'Flamenco bajo mundo'. Es un flamenco puro, no tanto como el de nuestros antepasados, pero lo más puro que yo puedo hacer, llevándolo a la estética drill. Más allá de pegar un pelotazo, mi intención con este disco es crear algo que sea mío.
Es casi como su propia 'Leyenda del tiempo'.
¡Exacto! No quería yo decirlo, pero ya lo has dicho tú. Y me halaga mucho.
¿Cómo decidió hacer esta jugada?
Porque al final, en la música hay que arriesgar. Hay gente que viene pegando fuerte, todos los días salen artistas nuevos, y cada cierto tiempo hay que dar un golpe en la mesa, porque si no se te suben a la chepa. Ha sido un proceso muy duro, de casi dos años luchando por un sueño que de momento sólo veo yo.
¿Se ha sentido un poco solo lanzando esta apuesta?
La gente, mi familia, todos me decían que si lanzando temas de reguetón siempre arraso, para qué me la iba a jugar dándole la vuelta haciendo algo completamente diferente, sin saber si me iba a ir bien o no. Pero lo hago por amor a la música, y por ofrecer algo nuevo.
El título del disco, y canciones como 'El patio de la cárcel' aluden a la vigencia de su conexión con su barrio de siempre, para bien y para mal.
Exacto, postureo el mínimo. Todo son historias que he vivido en la calle, que me han ocurrido a mí o a mi gente. Sin mentiras.
En su documental confiesa que cuando saca un disco o una canción, pasa mucha ansiedad durante las primeras horas en las que no se sabe si será o no un éxito.
Sigo igual. De hecho, en eso voy de mal en peor.
Su colaboración con C. Tangana ha sido un éxito, ¿qué aprendió él de usted, y usted de él mientras trabajaban?
Tangana aprendió de mí a hacer sudokus, porque yo me tiro todo el día haciéndolos. También a hacer los cubos de Rubik, que los puedo terminar en menos de un minuto y puedo hacerlos hasta con una mano. Tampoco voy alardeando de eso, pero se me da bien porque aprendí en el colegio, gracias a un marroquí que vino a estudiar de fuera y tenía un padre que era un erudito en estas cosas hedonistas.
¿Por qué cree que a la gente joven ahora le gusta tanto el folclore español, cuando hace poco se consideraba rancio?
Porque hemos ido adoptando cosas de la cultura latina. En México, por ejemplo, las listas de éxitos están copadas por música regional y eso aquí no pasaba. Siempre estábamos acomplejados, pensando que lo anglosajón era mejor. Eso está cambiando, y se está notando en los músicos españoles jóvenes que cogemos influencias de nuestra tradición.
Sin embargo, sigue habiendo cierto talibanismo porque muchos fans de Malú la han criticado por colaborar con usted en este disco.
Sí, hay fans muy hijoputas... a mí también me han criticado por colaborar con ella. Pero si hacemos caso, al final no colaboraríamos con nadie. Yo al final me he dado cuenta de que si sacas una canción y no la critica nadie, es que no la escucha nadie. Cuando las críticas de mi música eran buenas, a mis conciertos venían doscientas personas. Y qué jodida es la vida, que ahora, cuando me critica todo el mundo, puedo llenar estadios.
¿Le están criticando por ir a actuar a Qatar en un evento de la FIFA?
De momento me están dejando en paz. Yo creo que se han dado cuenta de que si no critican a los jugadores, de que si todo el mundo se libra, por qué van a criticar a los artistas que vamos allí a cantar. Al único al que han criticado ha sido al pobre Maluma, todos los demás nos estamos librando. Me da pena porque él no tiene la culpa. No puedes trasladar los problemas internos que tiene la federación a un cantante. De eso tienen que ocuparse los políticos, la gente que manda y tiene poder, no un 'cantantucho', que es el que tiene menos peso ahí. Al final, al preguntarme esto eres tú quien da visibilidad al tema, así que imagino que lo haces porque quieres darle visibilidad.
Pues claro.
Pues yo no quiero darle visibilidad a esto. Todos sabemos que allí los derechos humanos están fatal, cuanto menos se hable de ello mejor.
No sé yo...
Yo no tengo pelos en la lengua. Si me queréis preguntar, me da igual contestaros. Pero no os podéis poner en contra de un cantante. Ponte en contra de las marcas de ropa, de los políticos, de la gente fuerte. ¿Por qué vas a por el rival más débil? Si yo ni pincho ni corto. A mí me llama mi selección, y yo quiero apoyar a mi país. Punto.
En cualquier caso, si le dan una buena pasta imagino que en parte servirá para financiar sus proyectos culturales en Pan Bendito.
Hace dos semanas monté un club de jazz, con profesores especializados que han venido de Londres. Y está todo pagado de mi bolsillo. Uno al final intenta ayudar a su barrio en la medida que puede.
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