Nuria Fergó y Juan Pablo Lauro se casan: la espectacular pedida de mano bajo la Torre Eiffel

«Lo de la boda será cuando llegue el momento, pero no urge», deslizó Nuria Fergó a ABC, el pasado mes de enero, haciendo referencia a su noviazgo con Juan Pablo Lauro, el exmarido de Irene Villa. Y ese momento ha llegado. Un año y medio después de comenzar su relación, la cantante ha irrumpido en las redes sociales para anunciar su compromiso. «En la cima de la Torre Eiffel, con el río Sena de testigo. Sí, quiero», ha escrito junto a una instantánea en la que aparecen cogidos de la mano bajo el imponente monumento.

«Sólo tú podías hacerlo así. Mi primer viaje a París superó mis expectativas. Forever París. Para siempre contigo. Te amo», ha proseguido. La cantante nunca ha escondido el amor que siente por Lauro y el feliz momento que vive a su lado. En la conversación que mantuvo con este periódico, Fergó explicó que «estamos fenomenal y pletóricos cumpliendo nuestro sueño. Te aseguro que no creía que iba a encontrar una pareja así. Estaba en ese punto de la vida que creía ya no me iba a sorprender y mira por donde todo cambió».

La pedida de mano ha sido de lo más romántica. Lo mismo con sus inicios: «Lo nuestro comenzó con una mirada muchos años atrás y con el tiempo volvimos a coincidir a través de una amiga. Quedamos para un café y desde ese instante hicimos 'click'. Coincidimos en un momento en que buscábamos las mismas cosas». Y es que ambos «estábamos separados, tenemos un pensamiento muy parecido y por eso todo encajó de manera natural. Nos respetamos mutuamente, tenemos nuestros respectivos hijos y todo fluye».

Su noviazgo copó titulares después de hacerse público que el hombre que había hecho recuperar la ilusión a Fergó era el exmarido de Irene Villa. No obstante, la intérprete prefirió quitar hierro al asunto asegurando que no hay mal rollo entre ellas: «Los que me conocen saben que soy una mujer sencilla que huyo de los problemas y no me gusta el conflicto. Irene también y se encuentra muy bien con su pareja. Somos todos maduros y sólo queremos que nuestros hijos estén felices».