Meritxell Batet y sus lecciones básicas de moda para presidir el Congreso
PUNTADAS CON HILO
La expresidenta del Congreso ha hecho de las americanas su prenda de cabecera
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Otra política que deja la primera línea de la ídem. No sé qué pasa últimamente pero hay una epidemia en forma de espantada que salta de un plano a otro: primero fue Espinosa de los Monteros, la semana pasada Meritxell Batet y hoy leo que Sarah Burton deja la dirección creativa de la firma de moda Alexander McQueen. Nos deja (hablo de la diseñadora) después de más de dos décadas trabajando en la casa de costura, primero como ayudante del genio de la aguja y luego manteniendo su legado con diseños que da gloria verlos.
La creadora se despide con el desfile que se celebra a finales de septiembre en la semana de la moda de París y deja para el recuerdo algunas de los mejores trajes femeninos de la última década. Aún recuerdo la americana de cuero a juego con una falda de vuelo e idéntico material que era una auténtica obra de arte o el dos piezas de blazer y pantalón con tachuelas.



Hay un abismo estilístico entre las americanas que vestía Meritxell Batet cuando era presidenta del Congreso y la citada maravilla de McQueen o las que imagino que veremos en la última colección de la británica. La ex política, que al igual que Sarah Burton en McQueen, llevaba casi dos décadas como diputada, suele vestir muy correcta, minimal y con un punto arty, un poco trasnochado.
No pretendo que vista como Kate Middleton, que además del traje de su boda, ha lucido muchas veces la etiqueta McQueen en sus looks, pero sí me gustaría ver a la catalana con algún modelo un poco más cañero. Porque Batet es como una menina contemporánea, siempre aparece igual: media melena rizada con raya a un lado, americanas lisas de tejidos anodinos y tops de cuello caja simplones.
Si hablamos de presidentas del Congreso y siempre desde el prisma estilístico, prefiero a Meritxell Batet y sus trajes óptimos que a Francina Armengol y sus tops blanquecinos con brazos morenos al aire. También es más agradable la catalana cuando viste más relajada algún modelo de punto que los vestidos baby doll playeros de la mallorquina.
Tras el anuncio de su retirada de la primera línea de la política, Batet andará con líos y despedidas. Sin embargo, cuando acabe con todas las cenas, podría dar unas lecciones rápidas de moda correcta y parlamentaria a su sucesora en el cargo. No pido que Armengol luzca un McQueen, aún no me he vuelto loca, pero sí debería de adoptar un perfil más ejecutivo, porque ya no puede pasear por la playa cuando salga del trabajo, eso podrá hacerlo si quiere Batet.
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