Zapatero presiona a Junts para que retire la cuestión de confianza y Podemos y ERC dudan si sumarse
A pocos días de su votación, Puigdemont mantiene la PNL mientras Vox decidirá el lunes su posición
Junts presume de someter al PSOE: «El chantaje no tiene ningún efecto en nosotros»
La proposición no de ley (PNL) con la que Junts pretende que el Congreso pida al presidente del Gobierno que se someta a una moción de confianza se debate el próximo martes 25 de febrero, pero Pedro Sánchez ha dado orden de negociar hasta ... el último momento para que Carles Puigdemont dé orden de retirarla. La negociación la está llevando personalmente el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, principal interlocutor con el exjefe de la Generalitat de Cataluña, pero aún no ha dado el fruto buscado y todo apunta a que las conversaciones continuarán hasta el último momento. Según las fuentes consultadas por este periódico, Puigdemont sigue en sus trece de mantener la PNL y obligar al Gobierno, y al resto de grupos del hemiciclo, a retratarse.
A pocos días de la votación, en Junts se manejan tres posibilidades. La primera es en la que están en este momento: mantener la proposición y buscar los apoyos para que salga adelante, de manera que le provoquen un castigo político al Gobierno al obligarle a hacer caso omiso a una petición del Parlamento. Se trataría de arrastrar a Sánchez a protagonizar una demostración de debilidad, porque bajo ningún concepto el presidente del Gobierno va a someterse a una cuestión de confianza.
La segunda opción es que las negociaciones, que siguen abiertas, lleguen a un punto intermedio pero insuficiente para Junts, de modo que la moción tampoco se retire, pero que no logre el consenso necesario en el Congreso de los Diputados. Sería, explican desde el entorno de Puigdemont, «admitir que se avanza en las negociaciones pero no lo suficiente» La tercera posibilidad es que las negociaciones fructifiquen y que Junts retire la iniciativa.
¿A cambio de qué? Los asuntos encima de la mesa, como ha venido relatando ABC, son muchos y diversos: el reconocimiento del catalán como lengua oficial en las instituciones europeas, la entrega de la gestión «integral» de la competencia de inmigración a la Generalitat de Cataluña; la aplicación «real» de la amnistía a su persona, de manera que si no puede volver a España porque eso depende de los tribunales, sí se le reconozca la condición de expresidente y así pueda acceder a beneficios económicos en términos de seguridad; o que el Estado abone a Cataluña los millones de euros previstos como inversiones en los Presupuestos Generales del Estado de este mismo año que no hayan llegado a ejecutarse. Su pretensión es que también afecte al ejercicio de 2023. Se trata de mucho dinero, pues en el periodo 2015-2022 la media de las inversiones territorializadas no ejecutadas en Cataluña se situó en el entorno del 40 por ciento.
Dudas en los grupos
El futuro de la proposición no de ley no depende solo de Junts. Ahora que se acerca la hora de la verdad empiezan a surgir dudas en otros grupos del arco parlamentario. En la bancada de la derecha no es el caso del PP, que está dispuesto a apoyar a Junts, pero sí de Vox.
En el partido de Santiago Abascal explican a ABC que no tienen la decisión tomada que lo harán en el comité de acción política del lunes, puesto que hay un debate abierto entre los que rechazan apoyar a Junts y los que rechazan apoyar al Gobierno. «Es como elegir entre el mal mayor y el mal muy mayor», aseguran con ironía desde la sede de Bambú. «Aunque sea una propuesta de Junts, tenemos que planteárnoslo porque nuestro objetivo es que Pedro Sánchez desaparezca del palacio de La Moncloa. El problema es que Junts es culpable de que el Gobierno esté donde está, además de todos los pecados independentistas que lleva años cometiendo», explican.
Bancada izquierda
Las dudas están también entre los partidos que son socios del Gobierno, o que al menos lo han sido en el comienzo de la legislatura. Es el caso de Podemos, donde según ha podido saber ABC en este momento no sólo es que ya no se consideren socios del Ejecutivo, sino que entienden que Pedro Sánchez no goza en este momento de su confianza.
En una situación parecida están en ERC, donde según ha podido constatar este periódico hay voces que piden que la formación se descuelgue con una abstención. El motivo es cómo se lo explican a sus votantes y en qué situación les deja un apoyo a Pedro Sánchez cuando algunos de los compromisos pactados entre el PSOE y ERC están lejos de cumplirse, como la financiación singular de Cataluña.
Hace ya meses que Puigdemont decidió endurecer su posición en relación con el Gobierno, siempre con los Presupuestos Generales del Estado como telón de fondo. El presidente del partido se siente engañado por Pedro Sánchez porque entiende que no ha cumplido los compromisos adquiridos desde entonces. Ni la amnistía, ni el catalán en la Unión Europea ni la gestión de la inmigración ni muchas otras cuestiones vinculadas a la financiación de Cataluña.
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