SPECTATOR IN BARCINO
Tiembla Junts (llega Sílvia Orriols)
Junts habrá de escoger: seguir jugando al separatismo o retornar a la Convergencia que fue (como aconseja Pujol)
«Afanyat Carles!» (¡Date prisa, apúrate!)» urgen al prófugo. Si Torra, (retirado con 90.000 eurazos anuales), animaba a los CDR -«Apreteu!»- para que ocuparan calles y carreteras con contenedores y neumáticos carbonizados, el prófugo aprieta al Conseguidor Sánchez. Conseguidas competencias de inmigración. ¡Sigamos! Hay ... que apretar sin ahogar (retiró la cuestión de confianza). Si el Conseguidor cayera, las elecciones serían desastrosas para Junts. Aunque de puertas afuera van de chulos, les tiemblan las piernas.
Porque a Puigdemont se le pasó el arroz. Lo del «tot o res (todo o nada)» es como la paella: si no se come en el momento deviene en indigesta papilla. Y el arroz de Junts es un mazacote cada vez menos apetecible. Como poco atractivo es un líder que dejó en la estacada a su devota parroquia. Convocó a su gobierno el lunes en la Generalitat y ya no compareció. Que se lo digan a Josep Rull cuando se quedó compuesto, sin 'president' y camino de la trena. Poco honorable lo de Puigdemont. Canguelo que sus adictos de Amer maquillaron con el «No surrender». Sin la complicidad de Sánchez, el prófugo estaría dando de comer a las palomas belgas, en compañía del pianista Comín y el grisáceo Puig Gordi. La precariedad parlamentaria de Sánchez le permitió montar el pollo en España. De prófugo de la Justicia a árbitro de la política española. Árbitro que pide y pide al presidente resistente. Si se niega, tarjeta roja y adiós a la Moncloa.
No ocurrirá. Puigdemont aprieta para aparecer como interlocutor único del separatismo. Si no aprieta, otros más radicales tomarán el testigo. No será la menguante ANC del canoro Llach; ni mucho menos la deteriorada Esquerra de Junqueras, no. La causa del tembleque del Bifugado se llama Sílvia Orriols. Cada vez que la lideresa de Aliança Catalana larga en el Parlament, le tiemblan las piernas al Bifugado. Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Y Junts se desmarcó de la moción de censura de PSC-ERC-CUP para descabalgarla de la Alcaldía de Ripoll. De haberla apoyado, la sangría en la Cataluña profunda sería una hemorragia. Aunque Turull se ofenda si le tachan de xenófobo, Junts y Aliança compiten por el voto ultra. Batalla perdida para los burguesitos de Puigdemont. El discurso de Orriols es más etnicista y cercano a Daniel Cardona, fundador en 1934 del militarista Nosaltres Sols! Su verbo catalán, trufado de arcaísmos, recrea aquella Cataluña fascistoide años treinta que los cachorros veneran; si es digno de veneración el terrorismo de Bandera Negra, el matonismo de Badia (torturador de obreros en Vía Layetana), Josep Dencàs, fan de Mussolini o el histriónico Companys del 6 de octubre.
La hemorragia de Junts se hizo caudalosa con los turbios desbarajustes del Consejo por la República. Ahora lo empapa todo: pertinaz trasvase de militantes a Aliança Catalana. Los cachorros prefieren la bandera negra de 1714 que el trapo cubano de la estrellita, la visera de Cardona a los vestidos de la condenada Borràs, la «batalla de Urquinaona» al 1 de Octubre de los jubilados y la valiente Orriols al prófugo del maletero. A Puigdemont lo puso la CUP. Pero como advirtió la cupera Eulàlia Reguant en las patéticas jornadas de 2017, el 'procés' «muta». Muta hacia una ultraderecha catalana de la que Orriols posee el 'copyright'. «Afanyat, Carles!», ¡Aprieta al Conseguidor Sánchez! ¡Tenemos prisa! Junts habrá de escoger: seguir jugando al separatismo (donde tiene poco que rascar) o retornar a la Convergencia que fue (como aconseja Pujol). Cuando ya no se pueda exprimir a Sánchez y lo dejen caer deberá resolverse el dilema y jubilar, por fin, a Puigdemont.
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