Será peor el remedio que la enfermedad (pero la enfermedad existe)

Vayamos por partes. Sánchez comparecía para informar de las reuniones de los Consejos Europeos del 17 y 27 de junio y para explicar las líneas fundamentales de su 'Plan de Acción para la Democracia', que se llama así porque no se puede llamar ley. Y no se puede llamar ley porque el reglamento europeo al que hace referencia ya tiene rango de ley y fue apoyado por todos los grupos excepto el de Vox. Es decir, esto no es negociable, ni está en fase de tramitación. Al contrario que las directivas, los reglamentos ya son de transposición directa, como los colores chillones a sus dueños. Por lo que ya está aprobado y solo queda aplicarlo. Entiendo que si el PP ha votado a favor es porque está de acuerdo, aunque en la sesión, por lo que sea, se les olvidó decirlo. Pese a lo que pueda parecer, no hay debate de fondo. Y es lógico porque lo explicado por el presidente resulta bastante lógico y, más allá de la confrontación nuestra de cada día, no debería dar lugar a demasiadas polémicas. El diagnóstico es certero: el mundo ha cambiado y el entorno mediático ve cómo avanzan las 'fake news', los bulos, las manipulaciones realizadas con Inteligencia Artificial, las injerencias de potencias extranjeras que buscan desestabilizar Europa y la basura de las redes sociales, hasta arriba de manipulaciones, mentiras y bulos que son el origen de la polarización, fanatismo y odio que hoy vivimos. Tenemos un problema. Y es grande.

Y el problema es cierto por mucho que el que lo exprese sea el menos indicado para hacerlo. Sánchez es uno de los mayores manipuladores, propagadores de bulos y de 'fake news' de Europa. Pero el hecho de que su autoridad para hablar de este tema sea nula no puede implicar que el problema no exista. No debemos negar la verdad solo porque el que la exprese no sea Agamenón sino su porquero. Basándose en ese reglamento, el presidente anuncia contactos con todos los grupos para llevar a cabo un plan de acción. Seguramente -ya nos conocemos- contenga aberraciones jurídicas, iniciativas iliberales, intentos de control de los medios, comportamientos antidemocráticos, prácticas autoritarias, compra de líneas editoriales -anunció 100 millones de euros para la digitalización de medios-, etc. Y, como siempre, basándose en hechos ciertos, pondrá en marcha una serie de medidas ventajistas y sectarias que solo buscan su beneficio. No me cabe duda. Cuando lo haga, lo criticaremos si nos siguen dejando. Pero dejemos el mañana para mañana: hoy casi todo lo dicho tenía sentido y sería un error negar que existe la basura como modo de atacar al basurero. Yo también me temo que será peor el remedio que la enfermedad. Pero eso no implica que la enfermedad no exista.

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