40 años de la matanza del restaurante El Descanso, el atentado terrorista más grave sin resolver en España
Con 18 muertos y 85 heridos es el atentado terrorista más grave perpetrado en España sin resolver. Ni hubo juicio ni se identificó a sus autores, cuyo objetivo eran los militares americanos de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid)
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«Kilómetro 14 de la carretera Madrid-Barcelona. La temperatura es buena. Bullicio en el establecimiento. Es una próspera noche de viernes. Los camareros no cesan de ir y venir entre las mesas, anotando menús, sirviendo platos, descorchando botellas. Del restaurante El Descanso sale un ... tufillo característico: el de apetitosas chuletas (...) El local se encuentra a tope de comensales... mascan, beben, fuman y charlan. Un idioma parece imperar allí: el inglés (...) Y los hombres que lo hablan, militares en su mayoría, de la base de Torrejón (...) Un hombre joven, hijo del propietario, observa. De improviso... parece percibir un cosquilleo en su cuerpo, una ligera vibración. No le da tiempo siquiera a cambiarse de postura, a reaccionar. Repentinamente, la estancia se ilumina como un flashazo. Las puertas de los servicios parece que tuvieran piernas, se arrancan de los brazos de su marco arrastrando bisagras y tornillos. Como por arte de magia vuelan por los aires. Van hacia él. Y, simultáneamente, se inicia una extraña tormenta: una lluvia de cascotes, cemento, hierros, lámparas... se precipita sobre los comensales. La parte frontal del edificio, la más quebradiza, pues en buena parte está acristalada, se pulveriza. Las transparentes astillas se precipitan, brillando, como si se tratara de estrellas fugaces, sobre la carretera».
Es parte de la crónica que publicó el añorado jefe de Sucesos de ABC Ricardo Domínguez el 14 de abril de 1985 en estas mismas páginas, dos días después de la explosión ocurrida el 12 de abril en el restaurante El Descanso, un atentado -como el periódico contó casi de inmediato- del que este sábado se cumplen 40 años.
«Una matanza en busca de autor», como la define el historiador Gaizka Fernández; un «oscuro y extraño» atentado en palabras de Luis de la Corte, profesor y director de Estudios Estratégicos e Inteligencia del Centro de Investigación en Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid, con más de cien víctimas entre heridos (85) y asesinados (18), según las cifras oficiales, aún hoy son cuestionadas.
El profesor De la Corte, colaborador de ABC, ha escrito el libro 'Un extraño atentado. La matanza del restaurante El Descanso y el terrorismo internacional' (editorial Catarata) que cuenta con el apoyo del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo. Las víctimas tienen un papel relevante, tantos años después, y sus voces aparecen en el relato con la rabia y la pena de no saber quién les arrancó los sueños y en muchos casos las vidas queridas. «El último recuerdo que tiene Mari Ángeles de El Descanso es su cielo, muy estrellado aquella noche, el olor a quemado y un fondo sonoro de gritos y sirenas que a ella le llegaba amortiguado por el daño en su s tímpanos (...) Un camarero la sacó de entre los cascotes y la tumbó en el patio junto a otros heridos y fallecidos». Fue un milagro que no perdiera a Rebeca, la niña que llevaba en su vientre.
Francisco Pavón perdió a su mujer Cruz García aquella noche y Víctor, a su madre, que entró al local a las 22.30 para ver si ya estaba lista la mesa en la que iban a celebrar el cumpleaños de un amigo. Ella tenía 23 años. Quince de las 18 víctimas mortales fueron mujeres. El objetivo de los autores eran los militares estadounidenses de la base de Torrejón de Ardoz, que habían convertido el único restaurante con costillas al estilo americano en una prolongación de la base. Sin embargo, todos los asesinados eran españoles. En teoría, tal y como recoge el libro.
El tercero más letal
Hay masacres que carecen de certezas y la del restaurante El Descanso es una de ellas, el atentado más sangriento de nuestro país después del 11-M y el de Hipercor. Casi la única son las más de cien víctimas, si se suman heridos y asesinados y eso que puede haber más ni siquiera contabilizadas en cifras oficiales.
De la Corte entrelaza de forma exhaustiva y didáctica tres historias: la del atentado, la del terrorismo internacional que irrumpió en Europa a finales de los sesenta y la de la atribulada investigación, aún sin resultados. «Ha quedado el recuerdo de que fue un atentado yihadista pero es bastante probable que no fuera así y si lo fue, es un yihadismo muy distinto a lo que padecimos después, de corte suní», explica el autor en conversación con ABC.
Descartados ETA y el GRAPO, en plena actividad en esos años, hubo dos reivindicaciones muy tempranas: una a través de la prensa en nombre de la Yihad Islámica y otra de un grupo palestino que en ese momento usó un nombre desconocido (WAAD) pero que ocultaba una de las múltiples escisiones del Frente Popular para la Liberación de Palestina. La Policía relacionaba Yihad Islámica con otros actos terroristas perpetrados el año anterior. El 13 de abril hubo un comunicado a una agencia internacional de noticias de Beirut que vinculaba a ese grupo con El Descanso: «El atentado en Madrid ha sido el inicio de la guerra santa islámica. Muerte a Estados Unidos», eran algunas de las frases que aparecían. Se trataba de una organización armada libanesa islamista y chií, desligada de Hizbulá.
Según el profesor De la Corte, dos facetas de la investigación destacan por encima de cualquier otra. La primera, la falta de resultados; la segunda «provino de una inusual multiplicación de hipótesis de autoría que nunca conducirían a ningún hallazgo relevante». Sucedió, escribe, cuando la Policía apostó inicialmente por la autoría de la Yihad Islámica, en parte consecuencia de la reinvidicación en su nombre. Y ocurrió una segunda vez cuando la hipótesis palestina se alzó como la prioritaria. Pero ninguna prosperó y dos años después la Audiencia Nacional archivó provisionalmente el caso por «falta de autor conocido».
Al Kassar y Setmarian
Los documentos acumularon polvo durante años. Garzón instó un atisbo de reapertura en una investigación contra el traficante de armas Monzer al Kassar, el 'Príncipe de Marbella', al que acusó de participar en actividades terroristas con resultado de muerte. Se le detuvo en junio de 1992 y se le interrogó sobre un atentado cometido en Madrid, el secuestro del crucero Achille Lauro y el atentado de El Descanso, que Al Kassar negó. Pasó 15 meses en prisión, pagó una fianza multimillonaria y quedó en libertad. En 1995 fue absuelto. Otro callejón sin salida.
Veinte años después del atentado, en julio de 2005, el caso se reabre cuando un testigo, una de las víctimas, asegura que la persona que vio aquella noche en la barra, muy cerca de donde se colocó la bomba, y sobre la que coinciden otros dos testigos era la que aparecía en prensa como Mustafá Setmarian, un sirio que estableció la primera célula de Al Qaeda en España y buscado por planificar el 11-M. La pista, en plena investigación del peor atentado sufrido, no se siguió «muy a fondo», pese a que era «suficientemente importante», aunque De la Corte sostiene que es improbable que el terrorista estuviera en El Descanso. Un mes después fue al Registro Civil de Madrid para casarse con una española.
Un extraño atentado
Autor: Luis de la Corte Ibáñez

El 12 de abril de 1985, un atentado terrorista en el restaurante El Descanso, cerca de Madrid, dejó más de cien víctimas entre muertos y heridos, uno de los más letales y sanguinarios, y también uno de los grandes casos sin resolver en la historia española.
De la Corte, sin ser categórico, otorga más verosimilitud a la autoría palestina. En su comunicado de reivindicación apareció la fotocopia de un azucarillo con la publicidad que hacía El Descanso. «Como mínimo conocían el restaurante o habían estado», señala. El autor se hace eco de otro de los misterios de este caso. ¿Se ocultó la muerte de tres militares norteamericanos? 'La Vanguardia' publicó una investigación en la que sostiene que España y EE.UU. ocultaron que en el atentado fallecieron tres militares de la base. De la Corte apuesta por esta posibilidad. Ya desde el principio circuló ese rumor. El profesor ha consultado documentos desclasificados de la CIA donde se constata que varios militares heridos fueron evacuados al hospital de la base de Torrejón y no a centros civiles. El juez del caso pidió un informe a la base, que cifró en 12 los heridos norteamericanos, pero el documento de la CIA recoge 15 heridos. Tres podían estar muertos y fueron extraídos en una maniobra orquestada para evitar la campaña anti OTAN.
«Sé que cuando un crimen con resultado de muerte queda impune el único consuelo posible para los afectados, por insuficiente que resulte, es el que solo puede dar la verdad. Sé que llegar a saber quién o quiénes fueron los culpables siempre es preferible a no saberlo. Pero me temo que en el caso del atentado perpetrado el 12 de abril de 1985 nos hemos quedado lejos de poder saberlo. Por desgracia».
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