Suscríbete
Pásate a Premium

La estatua maternal vandalizada alumbra de nuevo al madrileño distrito de Moratalaz

Salvador Amaya, el escultor de batallas, reconstruye el monumento de su padre, Marino Amaya, uno de los iconos del barrio, y rememora su historia familiar y la de la obra

La macrorreforma de Prado-Alcalá: la restauración de Neptuno, Cibeles y un bulevar peatonal hasta la Puerta de Alcalá

Nueva escultura de 'El encuentro' en Moratalaz ISABEL PERMUY
Jesús Nieto Jurado

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hay que imaginar los comienzos de Moratalaz, antes de que Pedro Almodóvar fijara allí su cortijada de musas fílmicas. Hay que pensar en un Madrid que se abre, que se está abriendo hacia el infinito en un paisaje de dehesas, en una ... plaza que entonces no se podía llamar como tal porque solo se oían las chicharras y los ruidos de una grúa. Y en la plaza (antes Pablo de Garnica, hoy de El Encuentro) surge una estatua con un programa iconográfico que debiera pesar en todo el Urbanismo mundial, aquí con mayúsculas: el que pone a la madre en el centro de todos sus afanes. Hay que retrotraerse a la década de los 60 cuando la promotora Urbis encarga a Mariano Amaya una escultura representativa para un barrio que en muy poco iba a llenarse de vida. De arte. De niños.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación