«Dona médula: tú pierdes una mañana y devuelves a una madre o a un hijo»
Hay 62.000 donantes en Madrid y se hicieron 97 trasplantes en 2022 que salvaron otras tantas vidas
A los receptores les cambia hasta el grupo sanguíneo y pasa a ser el mismo de la persona que se lo ha dado
Francisco Martín llama a la donación de médula ósea: «Es importante»

Una bolsa con un líquido color coral es el puente que conecta a muchos pacientes con la vida. En su interior hay células madre, trasplantadas de otro ser humano que de forma altruista las ha donado. Una acción que puede producir algunas molestias durante ... unas horas, pero que regala tiempo y paz no sólo al enfermo que las recibe, sino también a su familia. «Devuelves un hermano, una madre, un hijo, una amiga…», resume Mónica, que hoy vive gracias a la generosidad de un anónimo donante israelí.
Cada tercer sábado de septiembre se celebra en el mundo el Día del Donante de Médula. El Centro de Transfusiones de Madrid centraliza el registro de donantes y les acompaña durante el proceso. Para que otras personas, como Mónica o como María, puedan decir que sintieron, cuando les transfundían la médula donada, que «la vida me entraba de nuevo».
Hay frases que cambian el rumbo vital. Que te digan que tienes una leucemia es una de ellas. Cuando fallan los otros tratamientos, aparece la última vía, el trasplante de médula ósea. Suele confundirse con la médula espinal, que se extrae mediante punción lumbar. «Nada que ver», aclara María José, enfermera del Equipo Médula del Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid.
Desde este centro, se buscan activamente donantes de médula a través de la promoción de esta actividad en redes sociales, empresas, universidades, ayuntamientos, y en colectivos como los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad o el Ejército… Quien se decide a dar el paso deben inscribirse en un registro; pueden pasar años sin que se le llame e incluso puede no ser contactado en la vida. Todo depende de la probabilidad de que un paciente determinado sea compatible con quien dona células madre de su médula.
Quien se decida a hacerse donante deberá someterse a una analítica y pasa a formar parte del registro español de donantes de médula ósea, la Redmo. Esa extracción sirve para hacer los análisis de histiocompatibilidad. «De una familia de siete hermanos, puede que sólo uno sea compatible con otro; por estadística, es más fácil encontrar al donante ideal en un extraño», señala la enfermera.

Por eso, todos los registrados en la Redmo se incluyen también en la WMDA, que reúne a los donantes de todo el mundo: «Si un paciente de un país en un continente necesita a un donante de la otra punta del mundo, viajan las células del donante, no él».
De un extraño
La pesadilla de Mónica comenzó «con un dolor de espalda». Volvía de hacerse un análisis de sangre cuando «me llamaron por teléfono para que volviera». Su problema se llamaba leucemia mieloide aguda. Era el 2 de agosto de 2019, y seis meses después recibió el trasplante. «Somos cuatro hermanos, pero ninguno era cien por cien compatible. Encontraron a dos en el banco de donantes», dice. Sólo sabe del elegido que «era muy joven y de Israel»: «Me gustaría poder darle las gracias».
Antes del trasplante, fue sometida a un tratamiento de quimioterapia: «Tienen que dejarte a cero tus propias células: se me quemó el esófago y no podía tragar ni mi propia saliva». Luego, llegó la bolsa rosada «y fue muy sencillo, como una transfusión de sangre». Anima a la donación: «Lo que les pedimos es estar una mañana con una vía y, gracias a eso, nosotros seguimos aquí; si no es por ellos, ya no estaríamos. Es perder una mañana, pero salvas una vida».
Carambola
Pedro, de 31 años, se animó hace mucho: «Creo que llevo ocho años como mínimo en el registro». Su espíritu solidario y sus ganas de «aportar mi granito de arena» le llevaron allí: «Fue todo muy fácil». No podía ni imaginar lo que la vida le tenía preparado: años después, su hermana María enfermó de gravedad y necesitó un donante. «Yo era compatible sólo al 50 por ciento, así que me quedé en el banquillo, a la espera de algo mejor». Y lo hallaron. María logró recuperarse y recuerda con mucha viveza el «olor a berberecho» durante el trasplante.
Pedro anima a «informarse y perder el miedo» porque «de verdad que no supone nada, pero para la persona que lo necesita es darle la vida». De hecho, afirma que «donar en vida es un privilegio» y lo que siente es que aún no le hayan llamado para hacerlo. Su mujer, Paola, también es donante: «Estoy inscrita desde hace dos meses, después de dos embarazos; tarde diez minutos en apuntarme».
En España hay en torno a medio millón de donantes de médula ósea, y en la Comunidad de Madrid son 62.303 los registrados. Una cifra que va incrementándose cada ejercicio: en 2022 fueron 5.276 los que se sumaron. Las donaciones que se hicieron el año pasado fueron 320 en España, y en Madrid 97. De cada 3.000 donantes registrados, solo uno es llamado a donar.
El doctor José Luis Vicario es biólogo e inmunólogo y se encarga de hacer las pruebas de quimerismo, que determina si se está aceptando bien el trasplante. María le conoce de nombre porque es quien se encarga de sus analíticas desde que le hicieron el trasplante, hace dos años. Se le ilumina la cara cuando por fin conoce, en persona, a quien se encarga de ese control.
Tras una donación, hasta el grupo sanguíneo le cambia al receptor, y pasa a ser el del donante. Según explica Vicario, desde el punto de vista del donante «el trasplante no supone dolor, aunque sí molestias». Para extraer las células madre, se siguen dos métodos, que dependen del tipo de dolencia del paciente. Ambos procedimientos se realizan en estos siete hospitales: La Paz, Ramón y Cajal, Fundación Jiménez Díaz, Puerta de Hierro-Majadahonda, Gregorio Marañón, Princesa y 12 de Octubre.
El primero es por aféresis: se hacen llegar las células madre al torrente sanguíneo y desde ahí la sangre pasa a una máquina que las separa del resto de componentes, devolviendola luego a a la vena. La cantidad de células que se extraen depende de las necesidades del paciente que las va a recibir: «Si es un niño, hay que estar conectado al aparato de aféresis unas 2,5 horas; si el trasplante es para un adulto, unas 5,5 horas», señala el inmunólogo.
Al igual que ocurre cuando se dona sangre, que se regenera en poco tiempo, con las células madre ocurre igual: «Se autorregeneran», indica Vicario. De hecho, un mismo donante puede donar más de una vez. Es un caso muy poco frecuente –«un 1 por ciento de los casos»–, pero si una primera donación no anida, se puede hacer un segundo trasplante del mismo donante en un plazo de entre tres meses y un año.
Someterse a una aféresis no es doloroso, insiste el doctor Vicario: «Únicamente puede tener alguna molestia hasta dos días tras la donación, como si pasara una gripe, algo que se soluciona con un analgésico». Es un procedimiento ambulatorio, que se hace en un hospital, aunque el Centro de Transfusión pelea porque lo acrediten también para hacerlo.
Hay un segundo procedimiento para la donación de médula: «El que recoge la sangre medular, que está dentro del hueso». En este caso, el dolor no existe, porque se hace «con anestesia general, en quirófano». Aquí «se utiliza el hueso de la cadera, porque es más accesible, plano y con más volumen de sangre», precisa el doctor Juan Diego Rodríguez Gambarte, hematólogo del Centro de Transfusión. De la parte interior del hueso «se extrae poco a poco la sangre medular, hasta conseguir el volumen que necesite el paciente, en función de su peso». A las 24 horas, el donante está recuperado «y en su casa».
Para poder ser donante de médula hay que tener más de 18 años y menos de 41 y estar comprometido con la decisión porque «pueden pasar años desde que te registras hasta que te llaman». Es distinto a donar sangre porque, explica el hematólogo Juan Diego Rodríguez Gambarte, «es un futurible; no es algo impulsivo, sino que conlleva un proceso de reflexión, de años. Cuando hay campañas de personas públicas apoyándolo, se produce un 'boom', pero luego bajan». Ocurrió con Pablo Ráez, el joven malagueño enfermo de leucemia que logró decenas de miles de personas registradas.
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