Motines, amenazas y reyertas en la cárcel de Estremera: aumentan las agresiones a sus funcionarios

En las últimas semanas, se ha venido desarrollando un aumento de las agresiones en el Centro Penitenciario de Estremera. El último, hace tres días, en el que un trabajador ha recibido un golpe en la cara, por lo que ha precisado atención sanitaria, ha puesto de manifiesto la falta de seguridad a la que se enfrentan los funcionarios de prisiones en sus labores.

Otras dos agresiones han sucedido en el módulo 16, cuando una interna reaccionó de forma violenta - profiriendo insultos y amenazando - contra la encargada tras negarse la reclusa a acatar las órdenes que se le habían impuesto. Ante la escalada de tensión, se dio aviso a los jefes de servicio y al resto de personal de prisiones, quienes acudieron de inmediato al lugar de los hechos.

Sin embargo, esto no hizo más que agravar la situación. La interna se abalanzó sobre un jefe de servicios y sobre la propia funcionaria a la que había estado amenazando, golpeándolos en la cara, brazos y piernas. La rápida actuación del personal penitenciario evitó males mayores, sin embargo, las víctimas sufrieron varias lesiones como resultado de la agresión.

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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios - CSIF - denuncia estas situaciones y exige medidas urgentes para garantizar la seguridad de los trabajadores penitenciarios.

Entre las reivindicaciones prioritarias de CSIF se encuentran la del reconocimiento del personal penitenciario como agentes de la autoridad, la actualización y mejora de los medios coercitivos, un aumento de la plantilla - cubriendo el 100% de las vacantes y ajustando la relación de puestos de trabajo a las necesidades reales - y una formación continua y especializada, proporcionando herramientas eficaces para afrontar situaciones de riesgo.

El pasado 30 de enero un grupo de presos se plantó de forma violenta en el módulo 1 de la prisión, un episodio que terminó sin heridos y con varios reos en régimen de aislamiento. El detonante fue que a uno de los llamados 'kies' o líderes de la prisión, a los que siguen la mayoría de los presos, le quitaron uno de los destinos que tenía designados en Estremera. Es por ello que a la hora de la comida los presos del módulo - los del 1 suelen ser los más peligrosos y conflictivos - se pusieron de acuerdo y se negaron a regresar de nuevo a sus celdas reivindicando derechos y gritando contra la masificación del recinto, dando patadas en la puerta de entrada de forma violenta e intentando que nadie pudiera subir a su celda.

Fue entonces cuando la mitad de la plantilla de los funcionarios de la prisión se pusieron manos a la obra y, tras varias horas de ardua labor, lograron reconducir la situación en un incidente en el que no se registraron heridos.

CSIF entonces mostró su sincera felicitación y agradecimiento a la plantilla del centro por la «extraordinaria profesionalidad» aplicada en la resolución de varios incidentes, resolución de conflictos y situaciones desagradables durante días.