CARTAS AL ALCALDE
Atascos con vistas
Mejor la opción del árbol que la sepultura de hormigón para el alcorque
Diego, que estás en los cielos

Igual no va a ser verdad que la lluvia es una cosa que sucede en el pasado, como vio el poeta, porque aquí en Madrid llueve, y el atasco es de presentísima hora punta, alcalde. Escribo bajo la lluvia y vengo y voy ... de un atasco a otro atasco, que es la poesía de Madrid, pero siempre que el atasco sea un atasco nocturno, contra lo que acredita Díaz Ayuso, que ve en el atasco una poesía abierta las veinticuatro horas, de horario completo.
Como el atasco da para ensoñaciones diversas, por el ralentí o cabreo de la ruta, he comprobado que hay bastante alcorque vacío en varias calles de Madrid. En muchas, alcalde. Eso, y que hay a menudo farolas encendidas durante el día, como luces inútiles y algo estupefacientes, entre la desobediencia y el descuido.
No hace mucho, supe que el consistorio planta árboles a menudo, pero existen todavía unos 5.000 alcorques vacíos en la ciudad. El alcorque, como todo paseante ya sabe, es un espacio en la acera destinado a la plantación, un hueco en el asfalto para inaugurar un pinabeto o un madroño. Los alcorques, si están vacíos, son un desamparo estético, y un riesgo para quienes cruzan la ciudad no en patín, o en patín, incluso.
Hay que ponerles su árbol correspondiente, o bien clausurar el alcorque, que más que un alcorque es un puro socavón donde igual se improvisa una papelera que pudiera romperse la crisma un jubilado. Digamos entonces que quedan por ahí, repartidos al albedrío, 5.000 agujeros de riesgos, 5.000 trampas de traspiés, que conviene enmendar.
Como llueve, el ambiente se pone muy lírico, pero el alcorque aún deviene más imprevisible, porque es socavón y charca. A los pies de esta columna traen los lectores, a menudo, mucha queja a propósito del riesgo abierto del alcorque abandonado. Sé que usted está al tanto, con propósito de siembra masiva de arbolado enseguida. Mejor la opción del árbol que la sepultura de hormigón para el alcorque. Alcorques no nos faltan, pero que tampoco nos sobran. La ciudad quedará chula, y mejor, y más amena de arbolados mientras padecemos o no lo poético del atasco bajo la lluvia con vistas de mediodía.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete