Inquietud en el PP por las revelaciones del presidente valenciano durante esta semana

Una versión que no es contradictoria, pero que dista mucho de la inicial, lo que ha reabierto las dudas en torno a su testimonio sobre lo que ocurrió aquella tarde del pasado 29 de octubre y también sobre su figura. 

El miércoles, durante la sesión de control en el Congreso, los diputados del PP apenas se dejaron caer por los pasillos. Nadie quería hablar de Mazón y los pocos que lo hicieron reflejaron la inquietud que hay dentro del partido con este asunto. «Hay preocupación», señalaba uno de esos diputados, quien no escondía tampoco la sensación de que el futuro político del presidente valenciano «es muy complicado». En cualquier caso, Génova se resiste a abordar una posible salida. Al menos, no de manera «inmediata».

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Eso no quiere decir, que su figura no esté en entredicho. Sobre todo, porque Feijóo le advirtió públicamente en el mes de noviembre durante una Junta Directiva Nacional que «en Valencia ya no caben más errores» y este nuevo traspié ha ido justo en la senda contraria a esa advertencia. Fuentes del PP asumen que la presencia de Mazón al frente de la Generalitat tiene fecha de caducidad, aunque es pronto para fijarla. «Es muy complicado que pueda volver a ser el candidato, aunque esa es una decisión que habrá que abordar dentro de unos meses», explican en referencia al congreso del PP valenciano que debía celebrarse antes del verano y que se ha pospuesto 'sine die'.

Cuatro meses después de la riada mortal, los cambios de Mazón en su actividad de aquella tarde mantienen la atención en su persona y alejados de la responsabilidad de la tragedia que él achaca al Gobierno. A estas alturas, el PP esperaba que los focos estuvieran centrados en la reconstrucción y aprovechar eso para abordar el asunto de su sucesión. Pero el runrún sobre su futuro no cesa y este mismo jueves Génova tuvo que salir a desmentir una información que hablaba de la posibilidad de que se nombrara una gestora para pilotar la transición. Rumores que van a continuar y que provocan recelos en la dirección nacional, que ve en este asunto el único agujero negro dentro de la estabilidad que vive el partido. «Nuestra preocupación tiene que ser hacer oposición al Gobierno», señala un portavoz del PP, aflorando este malestar por tener que lidiar cada día con este asunto que el Ejecutivo ha utilizado esta semana para desgastar a la oposición.

Por su parte, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, hipotética sustituta de Mazón si éste dimite, rechazó este jueves cualquier movimiento en ese sentido: «No contemplo ese escenario». Fuentes del PP valenciano reconocen a ABC que no son momentos fáciles para el presidente por la presión que soporta y el «ejercicio de resistencia» que está haciendo, pero muestran tranquilidad y abogan por cerrar filas con él. «Hay tiempo para tomar decisiones y medir bien las cosas», aseguran. Las encuestas internas, afirman, no reflejan una caída brusca de los populares en la Comunidad Valenciana, pero estando en minoría parlamentaria, cualquier cambio seguiría supeditado al apoyo de Vox.