El Gobierno dilata las exenciones fiscales a los patrocinios del Año Xacobeo

Una figura diseñada para fomentar la participación del sector privado en la promoción de eventos de especial relevancia con exenciones fiscales, entre los que se encuentran conmemoraciones históricas, aniversarios institucionales y de personalidades célebres, ferias internacionales , eventos deportivos o los años jubilares. No es el caso del Xacobeo 2027, a pesar del interés manifiesto de la Xunta de Galicia. En juego, las exenciones que regula la Ley 49/2002 y que pueden suponer hasta el 100% del gasto en publicidad por parte de las empresas participantes, siempre que «el contenido del soporte publicitario se refiera de modo esencial a la divulgación del acontecimiento». En caso contrario, la deducción sería del 25%.

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Una «herramienta que se ha mostrado como clave y muy eficaz para incentivar la participación de empresas privadas en la celebración de este evento y dotarlo de una mayor capacidad económica», indican desde la Agencia de Turismo de Galicia. En el anterior Año Xacobeo, que se extendió a dos años (2021 y 2022) por la pandemia, un total de 40 empresas formaron parte del programa de patrocinio, lo que supuso un ingreso de 28 millones de euros para las arcas públicas gallegas, una cifra alcanzada gracias a dichas exenciones fiscales.

Durante el bienio 2021-22, se repartieron 438.600 compostelas y la cantidad de peregrinos que completaron al menos 100 kilómetros del Camino superó el umbral de los 700.000, a lo que hay que añadir los 6,5 millones de viajeros y 12,5 millones de pernoctaciones recién salidos de una pandemia que puso en jaque al sector turístico.

En esta ocasión, ante la expectativa de batir récords de visitantes y peregrinos, desde la Xunta inciden en la necesidad de extender la convocatoria a tres años completos, desde el 1 de enero de 2025 hasta el 31 de diciembre de 2027, propuesta que fue ratificada el pasado mes de noviembre en el Pleno del Consejo Jacobeo, presidido del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en Pamplona. El organismo, encargado de coordinar a la Administración General del Estado (AGE) con las comunidades autónomas por las que transcurre esta vía milenaria.

«Es una oportunidad excepcional para que Galicia y, por extensión España, consolide la proyección internacional del Camino de Santiago y la marca Galicia», alegan desde la Agencia de Turismo, aunque desde el Ejecutivo central continúan evadiendo la cuestión e incluso paralizando su debate en el Congreso de los Diputados.

Ya en 2024, el Consejo Jacobeo instó al Gobierno a incluir este evento como acontecimiento de excepcional interés público en los Presupuestos Generales del Estado de 2025, que todavía siguen pendientes de aprobación -si es que finalmente salen adelante-.

Descartada esta opción, la propuesta llegó de nuevo vía proposición no de ley en dos ocasiones al Congreso de los Diputados, a instancias del PP, en mayo y septiembre de 2024, pero la respuesta de La Moncloa, en diciembre, llegó en forma de escrito de disconformidad donde quedaba patente su veto a la iniciativa. Por tanto, la intención de contar con este apoyo desde principios de 2025 cayó en saco roto, aunque desde el Gobierno gallego continúan insistiendo.

«Medidas como esta contribuyen a desarrollar un programa de dinamización turística, social y cultural que fortalece la identidad colectiva y la cohesión territorial al tiempo que ofrece nuevas oportunidades de desarrollo económico a la Comunidad gallega», afirman desde la Xunta, que rechazan tirar la toalla con un asunto determinante para el éxito del evento más importante de la capital gallega.

Según el manual de aplicación de los beneficios fiscales para estos acontecimientos, la deducción de impuestos del gasto publicitario será del 100% si se cumplen unos criterios que respalden la «esencialidad» del contenido. Esto es, que se justifique que el medio que se utilice para promocionar el evento (cartelería, anuncios en revistas, vehículos, etc.) se dedicará esencialmente a la publicidad del evento en cuestión, con una serie de requisitos según el medio utilizado, como el tamaño del logotipo o su proporción y tiempo en pantalla en los anuncios televisivos.