Alfonso Basterra, condenado por la muerte de su hija Asunta, escribe una novela desde prisión
El periodista, condenado a 18 años de cárcel por el asesinato de la niña, le ha dedicado el libro a la fallecida. Se trata de una novela «de amor, desamor y humor» explican desde la editorial

El periodista Alfonso Basterra, que se encuentra en prisión cumpliendo condena por el asesinato de su hija Asunta en 2013, ha publicado su primera novela. El texto, titulado 'Cito', sale a la venta de la mano de Ediciones Vitruvio y está dedicado a la niña. Según ha informado la editorial en un comunicado, Basterra escribió la novela desde la prisión de Teixeiro y en ella narra «una historia de amor y desamor», a través del médico de un pueblo situado en Castilla y León, ambientada en el rural en los años 40, «pero con una visión mágica». La editorial también ha informado de que Basterra «continúa escribiendo una segunda parte, dejando que la literatura le ayude en su día a día» entre rejas. Sobre la novela, que definen como de «amor, humor y desamor», explican que se trata «de un ejercicio de arte sublime con personajes llenos de humanidad».
Alfonso Basterra fue condenado por la Audiencia Provincial de La Coruña a 18 años de prisión por el asesinato de su hija Asunta, de solo 12 años, cuyo cadáver apareció en una pista forestal de Teo en septiembre de 2013. A la misma pena fue condenada la madre de la menor, Rosario Porto, que se quitó la vida en la prisión de Brieva, en noviembre de 2020. Las condenas fueron ratificadas por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia primero y, posteriormente, por el Tribunal Supremo. Desde entonces, el periodista permanece interno en el penal de Teixeiro. Aunque ha solicitado en varias ocasiones el tercer grado, nunca le ha sido concedido por no existir reconocimiento del delito. Tampoco ha disfrutado de ningún permiso.
En el juicio celebrado en la capital gallega por el asesinato de la niña, que fue sedada durante meses antes del crimen, Basterra negó su participación en la muerte. Sin embargo, un jurado popular lo inculpó al entender que él había sido la persona que había adquirido la medicación para drogar a la pequeña, que fue asfixiada en la casa familiar. La sentencia concluyó que los padres idearon un plan conjunto para acabar con la vida de la niña y no ser descubiertos.
En su vida en prisión, que desde hace años se enfoca en la biblioteca del penal, Basterra intentó pasar desapercibido, aunque sin mucha fortuna. En la vista por el asesinato de la pequeña denunció haber sufrido agresiones físicas entre rejas y más tarde fue sorprendido pasando un objeto prohibido a un recluso. Las tiranteces con los funcionarios y con otros reos también han marcado parte de su historial, por lo que en alguna ocasión tuvo que ser trasladado al módulo de aislamiento.
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