Los etarras de la película 'La infiltrada' podrán ver los Goya en casa
Sergio Polo, terrorista con un largo historial de sangre y cuya detención se relata en la película 'La infiltrada', disfruta desde la semana pasada del régimen abierto y podrá ver la gala de los Goya en libertad...
'La infiltrada' supera los 620.000 espectadores en 17 días y es de las películas más vistas en el País Vasco

La semana pasada los responsables de Prisiones del Gobierno vasco concedieron a Sergio Polo, alias 'Lur', de 52 años, el régimen abierto, de modo que sólo va a dormir a la cárcel y tiene permisos de salida los fines de semana. En teoría, el tercer ... grado es una forma de prepararse para la vida en libertad, pero para las víctimas cada noticia de este tipo, y son muchas en los últimos meses con terroristas con historiales durísimos de protagonistas, les provoca sufrimiento e indignación. Hasta este momento Polo estaba en la cárcel de Zaballa (Vitoria), y ahora pasa a depender del centro de Basauri (Vizcaya).
Este individuo es uno de los personajes principales de 'La infiltrada', interpretado de forma magistral por Daniel Anido, una película que ha sido vista por más de 1,4 millones de personas en salas de cine y que es una de las grandes favoritas de esta edición de los Goya. Narra la infiltración, a finales de los 90, de una policía nacional, Arantxa Berradre, en el Comando Donosti de ETA, un trabajo en el que empleó ocho años de su vida y en el que además trabajó de forma exclusiva un equipo de trece policías. Concluye con la desarticulación de ese grupo asesino, cuyo responsable era Sergio Polo. Durante la operación policial el terrorista hizo uso de su arma y un geo, que se jugó la vida, se abalanzó sobre él para neutralizarlo. Era más valioso vivo que muerto. El etarra sufrió una luxación en un hombro.
En los interrogatorios Lur se mostró tranquilo y a pesar de que se le ofrecieron analgésicos para evitarle el fuerte dolor que le provocaba la lesión decidió no tomarlos porque pensaba que podía ser una droga que iba a utilizar la Policía para sacarle información. En todo caso, no tuvo reparos en relatar con frialdad varios asesinatos, pero se negó en redondo a revelar la identidad de sus compañeros de comando y algunos detalles 'técnicos' de sus crímenes.
Una de las cosas que más llamó la atención de los policías que lo interrogaron fue la tranquilidad con la que contaba cómo había metido una bomba en el maletero de un autobús para viajar de San Sebastián a León, sin siquiera sopesar el peligro de que estallara por alguna circunstancia.
Sergio Polo acumula cuatro condenas por diferentes atentados. La Audiencia Nacional le consideró autor material del que acabó con la vida del comandante Luciano Cortizo el 22 de diciembre de 1995 en León, por el que le fue impuesta una condena de 110 años de cárcel. También recibió una pena en 2000 de 48 años de prisión por su participación en el ataque mortal contra el guardia civil Emilio Castillo López de la Franca, cometido el 18 de marzo de 1993 en San Sebastián.
Asimismo, la Justicia le impuso otros 29 años por su participación en el atentado contra Ángel María González Sabino el 2 de junio de 1993, a quien la banda terrorista vinculaba con el mundo de las drogas. Por último, en 2015 recibió otra sentencia de cien años de prisión por el asesinato frustrado, en noviembre de 1995, del capitán Juan José Aliste, su hija y tres compañeros de instituto de la menor.
Aunque fue condenado a un total 287 años por sus crímenes, tras la liquidación de la pena se le quedó en 30 de cumplimiento. Dado que permanecía encarcelado desde la primavera de 1999, después de la desarticulación del Comando Donosti, aún le quedarían cerca de cuatro para recuperar la libertad. Nunca se ha arrepentido de sus actividades terroristas, y a lo largo de su trayectoria en prisión protagonizó varios incidentes. Se le consideraba, por tanto, uno de los duros. Quienes han tratado con él lo definen como un tipo con personalidad psicopática, como refleja la película.
Ilustrados de cuentos
Junto a Sergio Polo fue detenido su compañero, Kepa Etxebarria, que antes de incorporarse al Donosti había intentado asesinar a un funcionario de prisiones con el que se cruzó de forma casual. La víctima salvó la vida porque al etarra se le encasquilló el arma. En la actualidad trabaja como ilustrador de cuentos infantiles. La infiltrada logró mantener una cierta relación con este terrorista, que le servía además como medida de seguridad de cara a Polo, con quien mantuvo serios enfrentamientos durante la infiltración. Pero Etxebarria tampoco dudaba en apretar el gatillo y así lo demostró.
La mayor parte de los policías que intervinieron, por su parte, tuvieron una exitosa carrera y ocuparon puestos de la máxima responsabilidad dentro del Cuerpo. Muchos se han jubilado, pero otros todavía están al frente de importantes unidades.
Tanto Polo como Etxebarria, por tanto, podrán ver en libertad la película que narra parte de su historia y la gala de los Goya, que se celebra en la noche de hoy, sábado. Antes de rodarse la película tanto la directora, como las guionistas y los actores, se documentaron a fondo sobre este episodio poco conocido de la lucha contra ETA e incluso se reunieron con algunos de los policías que participaron en esta operación.
Ese trabajo previo hizo posible que 'La infiltrada' responda en esencia a lo sucedido. Así lo reconocen los que vivieron aquel episodio en primera persona.
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