Lasarte se niega a desvelar quién ordenó asesinar a Ordóñez
El etarra 'arrepentido' no recuerda nada ante el juez que procesó a los exjefes de ETA
El asesinato de Gregorio Ordoñez, el primer hito de la estrategia etarra de «socialización del sufrimiento»

El etarra Valentín Lasarte se ha negado este lunes a desvelar quién ordenó asesinar al concejal del Partido Popular de San Sebastián de 36 años, Gregorio Ordóñez, hace 30 años.
Él fue uno de los tres condenados -junto con Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote' ... y Juan Ramón Carasatorre, 'Zapata' o 'Jon'- por el asesinato del teniente de alcalde de la capital guipuzcoana y parlamentario vasco, quien ecibió un tiro mortal en la nuca el 23 de enero de 1995 mientras comía en el bar La Cepa del centro de la ciudad con varios compañeros, entre ellos María San Gil, quien años después presidió el PP vasco.
Lasarte, que fue condenado a 400 años de prisión por su participación en diez asesinatos, entre ellos los del político del PSOE de San Sebastián, Fernando Múgica, cumplió su condena de 19 años en 2015, cuando salió de la cárcel alavesa de Zaballa.
En la sentencia contra él, Txapote y Zapata, se les consideró a todos responsables materiales de la muerte de Ordóñez, de la que este domingo 23 de febrero se cumplirán tres décadas.
A Lasarte se le encargó vigilar a Ordóñez para encontrar el momento en el que asesinarle, algo que ha reconocido este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional, Francisco De Jorge. Este hecho no encarna ningún mérito porque supone únicamente reconocer lo que ya figura en la sentencia firme.
Lo que no hizo Lasarte fue desvelar quién le dio la orden de realizar los seguimientos al político y asesinarle, que es el objetivo de la causa que se sigue en el Juzgado Central de Instrucción 1 contra los exjefes de ETA José Javier Arizcuren Ruiz, 'Kantauri'; Ignacio Gracia Arregi, 'Iñaki de Rentería'; Miguel Albisu, 'Mikel Antza'; Julián Achurra, 'Pototo' y Juan Luis Aguirre Lete, 'Isuntza'.
En dicha causa, el instructor procesó el pasado 31 de enero a los miembros del comité ejecutivo de ETA por el asesinato de Ordóñez, considerando que estuvo dentro de la «estrategia de desestabilización» que desarrollaban los procesados a través del órgano de mando de la banda. El magistrado consideró que «queda acreditada su función decisiva en la orden de asesinar a Gregorio Ordoñez, como resultado de una decisión colegiada adoptada en 1994».
Este lunes, Lasarte, según fuentes jurídicas presentes en su declaración, ha afirmado que conocía de vista al concejal e hizo el seguimiento para que el atentado se llevase a cabo, pero «no recuerda» quién se lo ordenó.
Su testimonio se consideraba clave en la instrucción contra los exjefes de ETA que se espera concluya pronto, pues la suya era la última testifical prevista. La declaración se ha producido, además, después de que otro preso de ETA, un testigo protegido, afirmara que Lasarte le dijo en prisión que transmitió al comando Donosti la indicación de matar a Ordóñez porque alguien se lo había ordenado en Francia. Este lunes, sin embargo, ha afirmado no recordar si alguien le dio dicha orden.
Lasarte es uno de los etarras 'arrepentidos' que se acogió a la Vía Nanclares, programa de reinserción de presos consistente en entrevistas con los familiares de sus propias víctimas para avanzar en la restauración de la paz social. Pero, este lunes, no ha colaborado en el esclarecimiento del asesinato del portavoz del PP de San Sebastián que supuso un antes y un después. Desde entonces, los objetivos de los asesinos no fueron sólo las fuerzas policiales, sino también políticos, periodistas e intelectuales que condenaron públicamente los atentados de la banda y el terror y el silencio que impusieron sus satélites ideológicos en el País Vasco.
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