La estrategia de Moncloa desborda al PSOE y coloca a los barones a la defensiva
El Gobierno ve la malversación como la última cesión a ERC y el fin de una etapa

El ritmo frenético que Sánchez está marcando a las últimas semanas del año con anuncios y decisiones controvertidas, salpicados por tensiones habituales dentro de la coalición de Gobierno, están situando al PSOE en toda España en una sensación de tensa espera. Quieren que pasen pronto ... estas semanas.
Las iniciativas económicas del Gobierno, su agenda internacional o la apuesta por la transición ecológica suelen ser medidas que compactan al PSOE detrás del presidente del Gobierno. Pero en cuestiones como la carpeta catalana y aquellos temas sociales en los que se perciben cesiones y tensiones con Unidas Podemos los socialistas se repliegan. Y de eso ha habido mucho en las últimas semanas.
Con la malversación, que se ha mezclado en el calendario con las consecuencias de la ley del 'solo sí es sí', el partido se ha puesto en alerta como nunca antes desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno. En ningún momento una posición del Ejecutivo había generado tanta incomodidad.
Por primera vez Emiliano García-Page o Javier Lambán no se quedaban solos. El nuevo líder del PSOE madrileño, Juan Lobato, ha sido de los que de forma más clara se ha desmarcado de esta reforma. Aunque está bien conectado con Ferraz, Lobato está intentando desarrollar un discurso propio que en una región como la madrileña se antoja imprescindible.
Se nota que mayo está cerca y los líderes autonómicos quieren hacer su campaña. Lobato quiere convertir su cara a cara con Isabel Díaz Ayuso en un debate sobre la sanidad pública madrileña. Y los presidentes autonómicos quieren que los comicios se centren en valorar su gestión autonómica. Nada de plebiscitos sobre Sánchez ni primera vuelta de las generales. El presidente de Asturias, Adrián Barbón, o el líder del partido en Castilla y León, Luis Tudanca, se han visto en la obligación de manifestar sus reticencias. «En todo lo que suponga beneficiar a corruptos o levantar la mano para perseguirlos nunca estaré de acuerdo», dijo Barbón este viernes.
Tras la convulsa jornada del viernes con la sucesión de enmiendas registradas y tras conocerse la enmienda de ERC para rebajar la malversación en los territorios, los diferentes líderes autonómicos pedían cautela. La Moncloa les han brindado el regalo argumental del nuevo tipo delictivo del enriquecimiento ilícito para poder izar la bandera de la lucha contra la corrupción.
«Tenemos que mirar el texto», señalaban desde un Gobierno autonómico. «Esperemos que se resuelva bien», apuntaban desde otra federación. «Hasta que no sea definitivo preferimos no decir nada», apuntan desde otro. Desde Castilla-La Mancha llegaron los mensajes más contundentes y a cara descubierta. La portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, pidió al PSOE que no apoye la enmienda de ERC en el Senado. «Es corrupción dar un golpe constitucional en el que se pone en cuestión la soberanía nacional y la integridad territorial. Es gravísimo aunque no haya habido enriquecimiento ilícito». Era la propia Fernández quien sembraba dudas con la intención de su propio partido con la figura del nuevo delito de enriquecimiento ilícito: «¿Es para tapar la auténtica intención de esta reforma, que es para beneficiar a condenados y pendientes de juicio por el 'procés'?».
Desde el Gobierno trasladan que mañana habrá novedades. Los socialistas plantean limar la enmienda de ERC para que en ningún caso beneficie a condenados o procesados por corrupción, aunque no aclaran cómo lo harán, ni para que tampoco haya beneficio en casos de enriquecimiento a través de terceros o vía partidos políticos. En los territorios se contiene la respiración hasta entonces.
La sedición costó más que los indultos. Y la rebaja de la malversación más que la sedición. Tener que responder a diario preguntas sobre estas cuestiones no es algo que agrade a los líderes territoriales. Sánchez ha querido acelerar la reforma del Código Penal y ha elegido mecanismos que garantizan su aprobación definitiva antes de final de año. Para el Gobierno esta reforma de la malversación es la última pieza del puzle para «desjudicializar» la situación en Cataluña como les demandaron desde ERC. La sensación que estos días trasladaban en el Gobierno es que termina una etapa en referencia a los compromisos con ERC. «Hasta aquí», dicen, cerrando el paso a más cesiones.
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