Del 'escape room' a las películas de Almodóvar, el programa del Gobierno para conmemorar la muerte de Franco
El acto en el Reina Sofía para la puesta de largo del programa 'España en libertad' acabó desvelando su naturaleza política al convertirse en un mitin contra la extrema derecha
La comisionada de Franco tuiteó contra el Rey, la Policía y las Cortes
Sánchez: Franco, Franco, Franco
A pesar de la pompa del acto de este miércoles en el Museo Reina Sofía, apenas se sabe un par de cosas concretas del programa de actividades que el Gobierno ha previsto para su particular celebración de los cincuenta años de la muerte de ... Franco. Y menos mal. Prometen cientos de citas, ciclos de cine, exposiciones, congresos, fancines y hasta un 'escape room' de la dictadura franquista para los despistados y los rezagados en la fachosfera. Todo eran buenas intenciones este miércoles hasta el inicio del acto, con un público bastante entregado, en el que destacaba la presencia en primera fila de los líderes de Comisiones Obreras, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez, sentados como en un banquillo de ministros suplentes.
Porque no cabían todos los miembros del Gobierno en la primera fila y algunos no tuvieron más remedio que pasar a la segunda, ese lugar en el que un político de raza no se sienta jamás, salvo que le obliguen. Como Juan Espadas, que no quiso dejar de apoyar en el primer día tras su salida a la vicepresidenta, ministra de Hacienda y nueva líder del PSOE andaluz, María Jesús Montero. Y también estaba en primera fila Francina Armengol, presidenta del Congreso, que llegó con paso corto, cojeando y apoyándose en una muleta con la mano derecha, que en su caso no puede ser extrema, aunque sea extremidad. También estaban miembros de la cultura oficial, Luis García Montero, Miquel Iceta, representantes de la industria cultural y bastantes periodistas.
De lo más concreto de la web de 'España en libertad' es el anuncio de un ciclo de cine -la comisionada del programa es experta en el cine franquista y el hambre en la posguerra a los que ha dedicado sendos libros-. Pero no vayan a pensar que este ciclo de cine de la España en libertad de 1975 se ilustra con filmes de la época, de Garci por ejemplo, o con los clásicos del destape que se estrenaban por entonces. La foto que aparece para esta versión de la 'España en libertad' es la de Pedro Almodóvar, que por entonces no había aún estrenado ni 'Pepi, Luci,Bom...'. También se anuncia un concurso internacional de ideas para la resignificación del Valle de Cuelgamuros.
La presentadora del acto, la periodista de 'El País' Eva Baroja, dio paso luego a Soledad Gallego Díaz, exdirectora de 'El País' «para hablar de la visión que tenemos los jóvenes en contraste de aquellos ciudadanos que vivieron sin libertad» con el escritor Javier Padilla. Había un empeño en subrayar la libertad cobrada tras la muerte del dictador. Un mensaje binario, de buenos y malos, porque el Gobierno parece no querer explicar en detalle cómo vino esa libertad.
Tal vez por eso, para recordar su advenimiento tras la muerte de Franco en 1975, incluso Pedro Sánchez comenzó su alocución hablando de 1977 o 1981, que es cuando volvió a España el Guernica, «el último exiliado», un cuadro emblemático que no podía volver hasta que hubiese libertades en España. Y que trajo la UCD (a la que no se citó, claro). El enorme Picasso se expone en una sala del Reina Sofía, pero no quedó claro si se había elegido este museo para la presentación de esta 'España en libertad' por eso o por una exposición sobre el Esperpento que también puede verse estos días.
Pronto fue la extrema derecha la protagonista. En su discurso, Pedro Sánchez empezó con un recuento orgulloso de los logros de la democracia española, con el tono acariciante de sus énfasis, pero luego habló de Musk, de la internacional de la extrema derecha y también de su gobierno (no lo dijo así, pero se entendió) como la reserva progresista de occidente.
El acto se desarrolló todo de buen rollo, pero con un cierto aire a 'La Revuelta' de Broncano, que asomaba desde el logo de 'España en libertad', con esas letras helvéticas y ese granulado fotográfico de fondo tan característico del emblema del programa de TVE. Lo cultural lució desde una intensa actuación de Inmaculada Salomón que bailó un solo de 'Afanador', lleno de hondura flamenca, a la versión perezosa y autotune de 'Libertad sin ira', ejecutada en más de un sentido por Jimena Amarillo, que arrancó las palmas de los más entusiastas (y de los ministros y los líderes sindicales). Parecía el final de un programa de 'Las noches de Ortega'. Ya en la calle, pocos manifestantes y curiosos estropeaban la visión oficial y un poco manca de la 'España en libertad' en la que hay algunos que no distinguen todavía quiénes de los buenos son los buenos.
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