Últimos resultados de las elecciones generales en la Comunidad Valenciana: así afrontan los partidos el 23J
La convocatoria adelantada cambia el paso de las formaciones y les obliga a preparar la cita con las urnas del verano sin tiempo de saborear el triunfo o lamerse las heridas
Si Pedro Sánchez no hubiera convocado elecciones generales para el 23J
El adelanto al 23 de julio de las elecciones generales ha dejado a los partidos políticos sin opciones de digerir los resultados, para bien y para mal, de los comicios autonómicos y municipales en la Comunidad Valenciana. La convocatoria sorpresa con el material de campaña por guardar ha provocado un cambio de estrategia, sobre todo, en el bloque progresista, que ha visto esfumarse sus opciones de seguir gobernando las principales administraciones de la región. No hay tiempo para la reflexión: las candidaturas al Congreso y al Senado deben estar listas en quince días.
Los últimos comicios a las Cortes Generales se celebraron a finales de 2019, un año en el que los ciudadanos pasaron varias veces por los colegios electorales. En abril se celebraron las primeras generales, que Ximo Puig hizo coincidir con las autonómicas para aprovechar el tirón de Pedro Sánchez; en mayo fue el turno de las municipales y europeas; y en noviembre se volvió a las urnas ante la falta de acuerdo para conformar un gobierno de coalición.
El PSOE ganó entonces en las tres provincias. Con cuatro puntos y medio menos de participación, los socialistas repitieron el triunfo de siete meses atrás y mantuvieron los diez escaños obtenidos. Les siguieron el PP (8), Vox (7), Unidas Podemos (4) y Ciudadanos (2). Los populares -con Pablo Casado como líder nacional e Isabel Bonig al frente de la agrupación valenciana- ganaron un diputado, que perdieron los morados, mientras Vox protagonizó la mayor subida: sumo cuatro parlamentarios, los mismos que los naranjas se dejaron por el camino.
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Compromís, en esta cita de la mano de Más País -la formación de Iñigo Errejón que había empezado a andar-, solo consiguió el mismo asiento para Joan Baldoví en el hemiciclo del Congreso que ya había obtenido en abril. Lo hizo por la provincia de Valencia, donde en mayo se había convertido en la primera fuerza política de la capital. Por otro lado, PSOE y PP se repartieron a partes iguales los cuatro senadores de cada de las tres circunscripciones.
Pero el tablero político ha cambiado radicalmente tras el 28M con un vuelco hacia la derecha: el PP ganó las autonómicas y municipales en las tres provincias y las caras del proyecto nacional y regional son distintas. Hasta el número de diputados asignados a la Comunidad Valenciana ha cambiado. En el camino al 23J la circunscripción de Valencia -la tercera con más peso tras Madrid y Barcelona- gana el escaño que pierde Badajoz, por lo que se elegirá a 16 parlamentarios. Serán 33 en total, si se suman a los doce de Alicante y los cinco de Castellón, repartidos en base a la población. Así se desprende del decreto de convocatoria de estos comicios previstos inicialmente para finales de año.
Listas a contrarreloj
Tampoco la situación de las formaciones valencianas es la misma. Ciudadanos está ya fuera del mapa y Vox busca un papel decisivo en la Generalitat que liderarán los populares. Precisamente, los de Carlos Mazón se enfrentan a una triple tarea: negociar con el resto de fuerzas una investidura que se producirá, si no hay cambios significativos, en medio de otra campaña electoral e ir dando forma al nuevo Consell, teniendo en cuenta también la elaboración de las listas al Congreso y al Senado. Quieren que su empuje sea determinante para que Alberto Núñez Feijóo llegue a la Moncloa.
Muy diferente es el panorama en el PSPV-PSOE, que ha perdido el Gobierno autonómico y algunas de las principales ciudades. En la línea de lo que está sucediendo con otros barones socialistas, Ximo Puig ha decidido aguantar, seguir tomando las riendas del partido, ahora como líder de la oposición, y pilotar su sucesión.
Se evita así dar una imagen de derrotismo pese a mejorar los resultados y hacer estallar una crisis interna por el liderazgo que debilitaría a la agrupación en la cuenta atrás a unos comicios que decidirán su futuro y el de su secretario general, Pedro Sánchez. Todo apunta a que será la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, quien encabece la lista por Valencia, con la incógnita de si José Luis Ábalos formará parte de la misma tras su abrupta salida del Ejecutivo pese a ser uno de los hombres fuertes de Sánchez.
El argumentario de los socialistas valencianos marca dos líneas claras: siguen teniendo el apoyo de los votantes, el carácter plebiscitario nacional del 28M les ha pasado factura ante la gran movilización de la derecha y, además, les ha fallado el voto a su izquierda.
En ese lado del tablero, Compromís negocia directamente con Sumar -sin contar con Podem- su participación en la plataforma de Yolanda Díaz. Lo hará haciendo valer su posición predominante respecto a los morados, a los que no quieren ver ni en pintura tras una campaña hostil hacia ellos que les ha dejado fuera de las Cortes Valencianas. La exitosa alianza con un Podemos en auge en 2015 -'És el moment'- y 2016 -'A la valenciana'- queda para la historia.
Entre las condiciones de Compromís para concurrir bajo el paraguas de Sumar está incluir la marca en la papeleta, respetar su autonomía o liderar la candidatura en las tres provincias. Su actual portavoz en el Ayuntamiento de la capital del Turia, Pere Fuset, se postula para ese puesto en Valencia, en el que sucedería a Joan Baldoví tras dejar el escaño para relevar a Mónica Oltra como cabeza de cartel a la Generalitat. Y no es una cuestión baladí: por su condición de edil de Cultura Festiva, Fuset es muy popular en el principal feudo de la coalición. En cualquier caso, se baraja celebrar una primarias exprés.
Por su parte, consciente del pinchazo de Unides Podem en grandes ciudades, Esquerra Unida ya ha anunciado que también quiere Sumar. Mientras, la maquinaria electoral -en stand-by durante muy pocas horas- vuelve a funcionar a un ritmo vertiginoso y las sedes valencianas entran de nuevo ebullición de cara a un verano sin descanso en lo político. No les queda otra.
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