Pablo Heras-Casado. «El foso de la orquesta es el mejor lugar del mundo»
El director español que ha trabajado más veces en Bayreuth prepara en 2028 una nueva producción de 'El anillo del Nibelungo'
Pablo Heras-Casado y Calixto Bieito, entre los galardonados con los premios Ópera XXI

Pablo Heras-Casado no para. Acude a la cita del Círculo del Liceo, recién llegado de París, para conversar sobre la maestría y versatilidad de la dirección. Desde hace tres años, el director español colabora con la Anima Eterna Brugge en la interpretación de Bruckner ... y la grabación de sus sinfonías con instrumentos de la época. Nacido en Granada hace cuarenta y siete años, Heras-Casado fue el primer director español en dirigir la orquesta del festival de Bayreuth; este verano revalidará su aclamada dirección del 'Parsifal' wagneriano. La crítica musical germana le profesa una adoración coral; en Francia, todo lo contrario. Katharina Wagner, bisnieta del compositor alemán y directora del festival, reafirma con orgullo que Heras-Casado dirigirá en 2028 una nueva producción de las cuatro óperas de 'El Anillo del Nibelungo'. Una agenda atestada de compromisos de amplio espectro musical: de la música antigua a la contemporánea, pasando por las sinfonías y las óperas de Wagner. Un currículo de director invitado es imbatible: filarmónicas de París, Londres, Berlín, Munich, Dresde, Viena, Scala de Milán, Los Ángeles…
En la Granada de su juventud, recuerda Heras-Casado, se veía muy lejano acceder a una orquesta sin un mentor: «Aprendí mucho de Josep Pons, me saltaba las clases de la universidad para charlar con él». Tiempos aquellos en el que el músico veinteañero «pirateaba partituras y recortaba secuencias instrumentales porque era difícil conseguir o alquilar esos materiales».
Para Heras-Casado la dirección orquestal es una «experiencia integral» y su motivación es acercar la música al colectivo: «Lo importante para mí es el hecho artístico, no la etiqueta que le pongamos», advierte. «El director interpreta cada partitura como una historia: «El componente dramático y teatral subyace en cualquier música, aunque no haya un texto», señala. ¿Su lugar predilecto? «El foso de la orquesta es el mejor lugar del mundo», proclama. La primera actuación en Bayreuth, el teatro que concibió Wagner hace siglo y medio, -«ese foso donde nadie te ve-« desveló las texturas de un sueño: «Por mucho que soñara nunca imaginé que podrías estar ahí. Dirigir el 'Parsifal' es una de las satisfacciones más grandes de mi carrera», declara.
Un socio del Círculo del Liceo le pide qué tres discos se llevaría a una isla desierta, pero Heras-Casado se resiste: «En mi casa no oigo música, ni veo la televisión, silencio completo. A una isla desierta no me llevaría nada». También se hace de rogar al elegir un director de orquesta que le haya marcado. Al final opta por Carlos Kleiber.
Cuando acabe la charla, Heras-Casado se irá a Madrid para descansar un par de días y volcarse después en su agenda internacional, sin olvidar el factor humano y el contexto cultural de cada país que visita: «En un mes estás en cuatro países, con gustos y tradiciones muy diferentes. Una orquesta de Finlandia no suena igual que una de Viena, cada una en su contexto». Lo mejor de la ópera es su carácter universal y lo atemporal de los temas, concluye: «Un milagro que se sigue produciendo en esta torre de Babel de culturas, lenguas y estéticas».
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