Cuatro años de cárcel por robar un reloj de 160.000 euros a un turista en Barcelona
Un juzgado de la capital catalana condena al ladrón por el robo con violencia en octubre de 2024
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Ocurrió en la calle Domenech de Barcelona. Un turista brasileño se encontraba parado ante un aparcamiento y un individuo de nacionalidad marroquí se le abalanzó por la espalda para robarle el reloj, un Richard Mille 029, de oro rosa, que compró por unos 162.000 euros al cambio, y del que sólo había abonado los dos primeros plazos. Para quitárselo de la muñeca, su atacante lo tiró al suelo. A pesar de que la víctima trató de alcanzar al ladrón, no lo consiguió.
El turista volvió a Brasil al día siguiente, el 6 de octubre de 2024, y tuvo que seguir abandonado el coste de la joya, que no ha recuperado, pero los Mossos d'Esquadra llegaron hasta el ladrón gracias a las cámaras de seguridad del parking, que captó el robo y la agresión. En la grabación se puede ver a la víctima, acompañado de su pareja y un matrimonio de amigos, y también como lo asaltaron.
No ha sido la única prueba para condenar al ladrón, sino que el individuo, tras el robo, se sacó una foto con el reloj para compartirla en sus redes sociales. El propio acusado llegó a reconocer su autoría durante el juicio aunque, tras un intercambio de miradas con su abogada, recoge ahora la sentencia, decidió cambiar de versión y apuntar que aquella fecha se encontraba en Badalona.
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No le sirvió de nada, ya que el Juzgado Penal 27 de la capital catalana lo ha condenado a cuatro años de prisión por el robo con violencia y a abonar 150 euros al afectado por otro leve de lesiones. El magistrado rechaza en cambio la petición de la Fiscalía de sustituir la pena de cárcel por su deportación a Marruecos, al considerar que «la extrema alarma social» ante esta modalidad delictiva «hace necesaria la ejecución de dos terceras partes de la pena en España». Sí será expulsado del país en cuanto cumpla dicho cómputo, con prohibición de regreso durante ocho años.
El fallo recoge que el ahora condenado llegó a España como menor no acompañado, y «de hecho, ni siquiera habla español», y carece de arraigo en el país, motivo por el que, aunque la sentencia no es firme, el juez mantiene su prisión provisional, donde ingresó en noviembre de 2024.
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