Los Mossos frustran el secuestro de un hombre y una mujer en un piso de Barcelona donde había «herramientas y armas»

Elena Burés

Barcelona

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10/02/2023
Actualizado a las 23:44h.

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Un piso de la calle Amigó, 39 de Barcelona. En su entrada, un somier destartalado y un colchón. Fuerte olor a tabaco durante todo el día y un trajín de gente entrando y saliendo con bolsas. Así era, según explica a ABC la mujer que vive puerta con puerta, el piso de los tres secuestradores detenidos este viernes, tras retener a un hombre y una mujer en el inmueble. Todos ellos, de origen chino. En su interior, también «herramientas y armas», según ha detallado el director de la Policía, Pere Ferrer.

Ha sido pasadas las 20.15 horas cuando efectivos del GEI, el grupo de élite de los Mossos d'Esquadra, han entrado en el piso y, con una intervención quirúrgica, con granadas aturdidoras y sus perceptivas detonaciones, en cuestión de segundos, han liberado ilesas a las víctimas. Tres horas antes, la Policía catalana recibió la alerta. Hasta allí se dirigieron varias patrullas, y diferentes testigos confirmaron la sospecha: había, al menos, una persona retenida.

Uno de los allí presentes explica a este diario que primero, uno de los individuos, golpeó a un chico en plena calle. «Se confundió de persona, pero nosotros nos asustamos, estaba buscando a alguien», asegura. Confirmada la sospecha por parte de los agentes, se ha activado al GEI, pero también a la Unidad de Secuestros y Extorsiones, y se ha desplegado un cordón de seguridad en torno al edificio. Pasadas las ocho de la tarde, después de que los extorsionadores exigiesen más de 300.000 euros y resultar «infructuosas» las negociaciones para liberar a los dos rehenes, se ha dado la orden de intervenir.

Una vez liberados, los agentes se han llevado a los dos víctimas, de corta edad, en un coche blanco, sin logotipar. Pocos después, se han ido llevando, uno a uno, a los tres detenidos. Hasta la zona se han acercado tanto el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, como el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle. También el director de la Policía, Pere Ferrer, que ha indicado que ahora tratan de aclarar no solo las motivaciones del secuestro, sino también la posible relación de parentesco tanto entre las víctimas como entre los asaltantes. La entrada al domicilio se ha producido con autorización judicial y ahora la División de Investigación Criminal (DIC) se ha hecho cargo del caso.

«Se ha negociado y cuando la negociación ha resultado infructuosa se ha producido la intervención del GEI, al que quiero felicitar porque era una situación crítica, estaba en juego la vida de dos personas» y las han liberado, ha señalado Ferrer. Aunque ha rechazado entrar en detalles, algunas fuentes apuntan a que tras el secuestro podría haber un grupo organizado, relacionado con la mafia china.

La vecina que vive en la puerta de al lado del inmueble, que ha quedado «asegurado» y custodiado por dos agentes, ha detallado a este diario que se habían instalado allí el pasado verano tras pagar a 'tocateja' a los anteriores propietarios. En aquel inmueble de la planta principal, señala, también había a veces «una mujer». Dos de los hombres, uno joven y alto, y otro mayor y grueso, hablaban inglés con los vecinos, no sabían español, explica la residente que, asegura, esta misma tarde les había llamado la atención «para que ventilasen por el olor a tabaco, porque no dejaban de fumar».