Arte
La influencia de Leonardo Da Vinci en la 'Gioconda sin sonrisa' de Julio Romero de Torres
El retrato de 'La Chiquita Piconera' guarda múltiples similitudes con el de la Mona Lisa, rasgos por los que el pintor cordobés se ha ganado el calificativo de 'leonardiano'
'La Chiquita Piconera' de Julio Romero de Torres brilla en el Museo Thyssen

Más de 400 años separan estas obras que representan dos de las creaciones cumbre de los genios que las engendraron. 'La Gioconda', del polímata florentino Leonardo da Vinci, y 'La Chiquita Piconera', que plasmó el pintor cordobés Julio Romero de Torres, ... guardan múltiples similitudes; 'La Mona Lisa' sirvió de inspiración al simbolista español, quien tomó del retrato de Lisa Gherardini referencias para el que ha sido considerado su testamento pictórico.
El primer punto en común es el objeto del cuadro: se trata de dos representaciones femeninas que protagonizan sendas obras. Y lo hacen centrando en ellas la mirada del espectador, atrapándola. Además, los dos artistas mostraron un profundo interés en la plasmación de la figura humana, especialmente en el caso de la mujer.
En segundo lugar, ambas protagonistas tienen una expresión facial enigmática. La sonrisa de Mona Lisa es una de los rasgos más intrigantes del cuadro de Da Vinci. Un sinfín de estudios han tratado de desentrar la misteriosa expresión. Muchos han concluido en que el artista utilizó una técnica pictórica que hace creer al ojo humano que la expresión retratada está cambiando.
En el caso de 'La Chiquita Piconera', la mirada de la protagonista, directa, sin contemplaciones, con un semblante serio, también ha sido objeto de interpretaciones. La modelo mira penetrante, no al infinito como en la pintura clásica, sino de una forma directa y próxima.
En el uso de la luz y el color también se pueden extraer similitudes entre ambas creaciones. Tanto Leonardo da Vinci en 'La Gioconda' como Julio Romero de Torres en 'La Chiquita Piconera' emplean técnicas que juegan con ambos elementos para crear atmósferas cautivadoras. En ambas obras, se pueden apreciar tonos cálidos y una atención especial a la iluminación que realza la belleza y la sensualidad de las figuras representadas.
También los fondos de las dos obras guardan cierto parecido, con paisajes sugerentes: en la de Romero de Torres, una Córdoba envuelta en brumas; en el de Da Vinci, un paisaje usando la perspectiva aérea y sin un punto de fuga claramente definido, que las últimas investigaciones han señalado como la ciudad de Bobbio, Italia, y en el que destaca la representación del puente Vecchio.
Exploradores de las emociones
La tan usada técnica del 'sfumato' de Da Vinci, que implica la aplicación de múltiples capas de pintura delgadas y transparentes para crear transiciones suaves entre los tonos y lograr un efecto de difuminado, fue utilizada en muchos cuadros más por Romero de Torres.
Ambos genios mostraron en sus obras un profundo interés por explorar la psicología y las emociones. Da Vinci fue pionero en representar expresiones faciales realistas, mientras que Romero de Torres también destacó por su habilidad para capturar el estado de ánimo de sus modelos.
Guardando las distancias, ambos autores mostraron a lo largo de su vida curiosidad por diversas disciplinas. Si bien el florentino no sólo mostró interés, sino que ha pasado a la historia por destacar como pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista; la obra de Romero de Torres refleja una profunda sensibilidad hacia la música, la poesía y la cultura popular.
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