Albares ordena a los embajadores defender que el catalán sea oficial en las instituciones europeas
Les pide que le cuenten el resultado de sus gestiones una semana antes del Consejo de Asuntos Generales
Desconcierto y frustración en las embajadas por el volantazo del Gobierno con el 'procés'

El catalán sí, la ley de amnistía no. Si hace unos días desde el Ministerio de Asuntos Exteriores afirmaban que no darán instrucciones a los embajadores sobre cómo defender el giro del Gobierno con el ‘procés’ porque se trata de un «asunto interno» de España, esta semana José Manuel Albares ordenó a los jefes de misión de los países de la UE que defiendan el catalán para que se reconozca como lengua oficial en las instituciones europeas.
En un telegrama cifrado, remitió a los jefes de misión destinados en los veintisiete países miembros de la UE un documento con el argumentario que deben esgrimir para conseguir el apoyo de sus países de destino para que reconozcan la oficialidad del catalán, euskera y gallego.
Según informó Europa Press, el texto es una enumeración de todos los motivos de por qué la inclusión de las tres lenguas cooficiales en el régimen lingüístico de la UE no sentaría ningún precedente. Además, Albares incide en la intención del Gobierno español de asumir el coste que esto pueda suponer.
El ministro reconoce a los diplomáticos en este documento que entre los socios de la UE hay «dudas» sobre la posibilidad de que el hecho de dar luz verde al catalán, euskera y gallego pueda «generar un precedente para otras lenguas regionales» de otros países.
Albares expone una serie de argumentos que «ninguna lengua distinta del catalán, el euskera y el gallego cumple hoy», y son estas condiciones las que hacen de ellas lenguas singulares. Entre otras directrices, plantea que la lengua sea originaria de un Estado miembro y que esté reconocida en la Constitución de ese Estado. También que se esté utilizando en el Parlamento nacional.
Esta campaña para reconocer las lenguas cooficiales en las instituciones europeas la comenzó el Gobierno el pasado 17 de agosto, mediante una carta firmada por Albares y remitida a la Presidencia del Consejo de la UE. El asunto se volvió a abordar el pasado 24 de octubre en el Consejo de Asuntos Generales (CAG) de Luxemburgo, coincidiendo con las negociaciones del PSOE negociaba con Puigdemont para conseguir los apoyos de Junts y ERC para la investidura de Pedro Sánchez. Los países miembros dijeron entonces que solicitarían un informe con la estimación de costes para estudiar la propuesta de España. Aunque no ha trascendido ninguna cifra al respecto, desde el Gobierno aseguran sería un coste «asumible» por el Estado.
«Como una patada en el estómago»
Ahora, con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno gracias a la ley de amnistía, esta cuestión se tratará en el próximo CAG, que será el 12 de diciembre. Para tener margen de maniobra, Albares ha pedido a los embajadores que le comuniquen el «resultado de sus gestiones» antes del 6 de diciembre.
No es la primera vez que el Gobierno de España pide la oficialidad de las lenguas españolas en la UE. José Luis Rodríguez Zapatero ya lo intentó en 2004. Uno de los embajadores que había entonces, confesó a este periódico hace unos días que fue «el peor momento» de su carrera y que, aunque lo lamentó profundamente, lo tuvo que hacer «por obediencia»: «Aquello fue como una patada en la boca del estómago».
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