Sánchez quiere ser Suárez: venderá la «utilidad» del indulto como mecanismo de «concordia» para una nueva transición
El presidente apuesta por «comenzar de nuevo» mientras el independentismo estigmatiza la medida de gracia
Entrevista a Pedro Sánchez, en directo
El Gobierno justificará hoy en la utilidad del perdón a los condenados para la «concordia» y la «convivencia»
Qué es la amnistía
El criterio de utilidad pública, la argumentación de los años ya pasados en prisión serán la base de la argumentación de los nueve indultos que aprobará hoy el Consejo de Ministros. Pedro Sánchez lo confirmó ayer, y por la tarde los textos superaron la ... Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios.
Sánchez llevaba semanas avanzando la medida, dándole publicidad, pero sin confirmarlo rotundamente. Sin ni siquiera querer pronunciar la palabra que marcará su presidencia: indultos. Ayer se desquitó, en un acto a su medida en el que quiso vender la decisión como un acto trascendental para la «concordia» y la «convivencia» . Un nuevo comienzo que el presidente del Gobierno quiso justificar en el espíritu de la Transición a la democracia tras el franquismo .
El Gobierno ha querido que los indultos tengan su espacio propio en la agenda política. Y está convencido de que el ánimo de la opinión pública al respecto «es hoy mejor que hace un mes» , en palabras de un alto cargo del Gobierno. Pero a la vez que Pedro Sánchez ha querido que el debate sobre los indultos tenga espacio, ayer se hizo evidente su voluntad de cambiar el ritmo político de forma rápida. La misma semana que se aprobarán los indultos el Gobierno adoptará, en un Consejo extraordinario el próximo jueves, dos decisiones de enorme agrado popular. Al fin de las mascarillas en exteriores se unió ayer el anuncio de que el Gobierno bajará del 21% al 10% el IVA de la luz . El Ejecutivo espera que, a partir de ahora, sea el cambio de tendencia económico lo que marque la legislatura.
Pompa y circunstancia
El lugar para el anuncio oficial no fue escogido al azar. El Liceo barcelonés es una institución cultural relacionada con la alta burguesía catalana, invitada, ayer, al evento, más mitinero que institucional. El presidente del Gobierno, sin embargo, no llenó la platea y se rodeó, básicamente, de los empresarios que hace solo unos días le arroparon en Fomento del Trabajo y el Círculo de Economía, y cargos del PSC. Con los veinticinco minutos de conferencia bastó. Sánchez llegó a Barcelona, habló y convenció. Al menos a la mayoría de los presentes, que aplaudieron su discurso. La cuestión es si esa apuesta le permite ir más allá del empresariado barcelonés y del espacio político que representan en Cataluña tanto el PSC como los comunes. De momento no hay certezas al respecto. Aunque es a esa ambición a la que responde toda esta estrategia: aglutinar en torno al socialismo catalán a los sectores más templados del soberanismo y el constitucionalismo. Una cuadratura del círculo que el PSC lleva explorando años sin resultados positivos.
Al poco de arrancar, en un escenario sobrio pero con ínfulas de mensaje para la historia, Sánchez aseguró que «mañana [por hoy, martes], pensando en el espíritu constitucional de concordia, propondré al Consejo de Ministros conceder el indulto a los nueve condenados en el juicio del 'procés' que hoy están en prisión». No hizo falta mucho más, pero el presidente del Gobierno trató de justificar la medida por tres razones: «Ha concluido la vía judicial», «el Gobierno está obligado a tramitar y dar respuesta a las peticiones de gracia formuladas» y «el paisaje que nos ha dejado la pandemia nos ha transformado, nos ha hecho tomar viva conciencia de lo verdaderamente importante, que es la vida, y en particular la vida compartida, vivida en común. Nos ha recordado hasta qué punto nos necesitamos unos a otros». En los informes el Ejecutivo evitará chocar con la sentencia del Tribunal Supremo: «Ni cuestiona ni revoca la sentencia firme condenatoria» , dijo ayer Sánchez.
Con este punto de partida, como si tratase de refundar España, Sánchez apostó por resolver el problema que crean los nacionalistas catalanes con sus reivindicaciones y el Gobierno depende aritméticamente de estos grupos políticos. «Podríamos seguir así, encerrados con un solo juguete, (...) o bien podríamos abandonar ese juguete, y dedicar nuestro tiempo y todas nuestras energías a resolver el problema y apostar por la concordia que significa, literalmente, con corazón», indicó, para extender una especie de segunda transición a toda España: « El momento ha llegado . Ha llegado la gran oportunidad de resolver muchos de los problemas estructurales que llevan condicionando nuestro progreso económico y progreso social, tanto en Cataluña como España. Es la oportunidad de comenzar a construir juntos el nuevo país que vamos a legar a las futuras generaciones».
«Una solución parcial»
De esta manera, el líder del PSOE subió el telón de una obra en la que los nacionalistas catalanes deben jugar un papel imprescindible –nada dijo de la mitad de Cataluña que no es nacionalista– y en el nuevo país que anunció, sin más detalle, este lunes: « Con este acto sacamos materialmente de la cárcel a nueve personas, pero sumamos simbólicamente a millones y millones de personas para la convivencia. (...) Queremos recuperar el diálogo y queremos recuperar la convivencia con esos millones de catalanes y catalanas que se sienten emocionalmente ligados y ligadas a los dirigentes que están en la cárcel. Porque queremos el reencuentro. (...) Nos dará a todos la posibilidad de comenzar de nuevo y de hacer las cosas mejor».
El discurso de Sánchez recordó, en gran parte, el « Pasqual, apoyaré el Estatuto que apruebe el Parlament », que pronunció José Luis Rodríguez Zapatero en 2003, también en Barcelona, aunque siendo, todavía, líder de la oposición. Ni entonces el nacionalismo catalán –como tampoco los catalanes– quería un nuevo Estatuto, ni ahora el independentismo aceptará, para dejar a un lado sus reivindicaciones, incluida la amenaza unilateralista, el indulto como estación final.
Así lo dejó claro Pere Aragonès , presidente de la Generalitat, desde Amposta (Tarragona), ayer a la misma hora que Sánchez oficializaba la medida de gracia para los líderes del 'procés': «Los indultos son una solución parcial incompleta, no son la solución a la causa general contra el independentismo. (...) La propuesta del Govern, la que genera más consenso en Cataluña para superar esta situación, es la amnistía». Una amnistía que, según Aragonès, debería regularse con una ley que, además, permita un referéndum de independencia.
En esta línea, Òmnium Cultural y Amnistia i Llibertat presentaron en el Congreso, justo ayer, 200.000 firmas para que la Cámara Baja permita la tramitación de una ley de amnistía. Los partidos independentistas ya registraron una proposición de ley con ese objetivo, pero la Mesa del Congreso la rechazó, en consonancia con el criterio de los letrados, alegando que la amnistía no tiene cabida en la Constitución, informa Juan Casillas .
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete