Carmen de Carlos - Exteriores
Cumbres Iberoamericanas
Bolsonaro y Abdo Benítez, coherentes con su posición anti Maduro, son los únicos presidentes que no aparecerán ni en pantalla

El Covid-19 , pese a las apariencias, parece que le ha venido bien a la Cumbre Iberoamericana de Andorra. Todos los países miembros, menos la troika y España y Portugal, ahora tienen excusa para ausentarse de una convocatoria que dejó de ser lo ... que era hace tiempo. El recurso del on line , permite justificaciones diplomáticas razonables para los presidentes y Jefes de Estado, pero detrás de esa cortina de argumentos, mitad verdad mitad mentira, se transparentan otras razones que explican la apatía a esta cita de formato híbrido.
El régimen de Venezuela y el reconocimiento de la SEGIB a Nicolás Maduro como presidente ha sido un obstáculo nada fácil de salvar para celebrar una reunión más telemática que presencial. Brasil, Colombia, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Ecuador, Costa Rica, Portugal, España (al menos todavía) y, entre otros, Argentina hasta que llegaron al poder Cristina y Alberto Fernández, reconocen a Juan Guaidó y condenan la dictadura venezolana. Hasta la anfitriona, Andorra, estaba –y está– alineada en ese bloque. Así las cosas, tener a Maduro como uno más en esta Cumbre resultaba –y resulta– cuando menos surrealista, aunque el hombre sea el presidente de facto, expresión diplomática para referirse a dictadores como Díaz-Canel en Cuba o al matrimonio Ortega en Nicaragua .
«Las Cumbres fueron una idea maravillosa de España. Tuvieron una época de esplendor que ha ido apagándose con los años»
Hicieron falta muchas conversaciones y la insistencia permanente de España para que esta Cumbre Iberoamericana no se convirtiera en un fundido en negro. La resistencia, de buena parte de los países a participar, aunque fuera en remoto, se venció por los buenos oficios de los que saben y pueden levantar un teléfono. Aún así, ni Jair Bolsonaro ni Mario Abdo Benítez dieron su brazo a torcer y se mantuvieron coherentes con sus posiciones. Salvo sorpresa, son los únicos presidentes que no aparecerán ni en pantalla. AMLO , por otras razones, y al viejo estilo Fidel Castro, no dice ni sí, ni no y deja su participación, por pura vanidad, en el aire.
Las Cumbres fueron una idea maravillosa de España. Tuvieron una época de esplendor que ha ido apagándose con los años y se explica porque buena parte de las democracias sienten que, cuando están en apuros, se quedan solas. Dicho de otro modo, que a la hora de la verdad, estas Conferencias no les sirven. Y, para ser justos, sirven pero se necesita más.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete